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Dormir en pareja: ¿va o no va?

Soporte del colchón de espuma: dos personas acostadas

Hay un prejuicio que tenemos muy instalado como sociedad: si una pareja es feliz y todo va bien, duermen en la misma cama, pero si lo hacen en camas separadas, es porque algo no está funcionando. Como en Calm nos gusta romper paradigmas y pensar nuevas formas de hacer y ver las cosas, nos preguntamos: ¿Es realmente así?

Según un estudio realizado por The Better Sleep Council, el 26% de las parejas estadounidenses afirma dormir mejor por separado, y una de cada diez duerme directamente en habitaciones diferentes. Pero, al mismo tiempo, es innegable el placer de volver a tu casa después de un día agotador y acostarte en tu cama y abrazar a tu pareja, o dormir cucharita en una noche helada de invierno con la lluvia golpeando contra la ventana.

colchón calm en caja

¿Compartir o no compartir? Esa es la cuestión.

¿Tu pareja ronca o sus movimientos no te dejan dormir? Estas son condiciones más bien físicas y externas: parecería que no hay mucho que hacer para solucionarlas. A no desesperar, que siempre hay alguna alternativa. Si ronca, pedile a tu pareja que vaya a chequearse para detectar el problema y así poder aliviar la cuestión. Por supuesto que tiene solución, ya que roncar no es algo normal, como algunos piensan. Si querés saber más sobre el tema, te dejamos nuestra charla con Joaquín José Diez sobre Trastornos del sueño en la pareja.

Si se mueve mucho, pueden elegir un colchón de espuma de alta densidad para que absorba todos los movimientos y ni te enteres de que está ahí (en Calm tenemos los mejores 😉).

Soporte del colchón de espuma: dos personas acostadas

¿Te molestan sus hábitos cuando se acuestan?

 ¿Te quedás leyendo discusiones eternas y desproporcionadas en Twitter, con la luz del celular iluminando toda la habitación? O peor, te reís a carcajadas viendo memes mientras tu pareja intenta dormir.

En este caso, la solución es siempre una: el diálogo; la herramienta universal para resolver conflictos. Pueden llegar a un acuerdo hablando con sinceridad. O, si nadie quiere/puede ceder y ninguna alternativa es viable, bienvenidas sean las camas separadas (o habitaciones distintas, ¿Por qué no?).

Queremos demostrar que no hay alternativas que estén bien o que estén mal, simplemente hay elecciones. Sin embargo, las bases para tomar decisiones de este estilo deberían ser siempre el consenso y la honestidad.

Dormir en camas separadas, no es la solución a otros problemas

Si con tu pareja están pasando un mal momento (como los hay en cualquier vínculo en la vida) y deciden dormir cada cuál por su lado, ¡Adelante!, pero no crean que las cosas se van a resolver sólo por eso. Asegúrense de entender qué quiere cada uno y qué espera alcanzar durmiendo de esta manera, además de que todas las condiciones estén súper claras.  

descanso en pareja colchón en caja

Sentido común por sobre todas las cosas

¿Es lindo dormir en pareja? Sí, pero si compartir la cama hace que duermas mal, que al otro día te despiertes sin energía y de mal humor, y que encima te la agarres con la persona que causó tu desvelo, lo lindo se vuelve tortuoso. 

Por eso, la clave es que dormir en la misma cama sea una decisión de a dos, a consciencia y con pautas claras; nada de “es lo que hay que hacer” o “¿qué van a pensar si no dormimos al lado?”. Lo mismo vale para las camas separadas: diálogo y consenso. 

Al fin y al cabo, descansar bien es lo primordial.

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¿Cada cuánto tiempo deberías lavar tus sábanas?

Chica durmiendo tapada con soábanas

¿Cuál es el lugar en el que te sentís más segurx? ¿El lugar donde te aislás del mundo exterior y podés estar tranquilx como cuando tenías 5 años? Seguramente respondas que es tu casa, o tu habitación si vivís en familia; pero si pensás un poco más, vas a llegar a una respuesta bien específica: tu cama

¿No es tu cama el lugar en donde te tirás a escuchar música cuando te hartás de todo y necesitás un rato de paz? O esas noches en las que la oscuridad de tu cuarto se vuelve algo terrorífica y te acordás de una historia que te da miedo, ¿no son tus sábanas las que te protegen, cual muralla, de cualquier espíritu o mal nocturno?

Chica durmiendo en la comodidad de su cama, escuchando música

No es para asustarte, pero tal vez el coco… ¡el coco está en la casa! O mejor dicho (y hablando en serio), tu cama puede no ser exactamente el lugar más seguro de todos.

Despreocupate que no hablamos de espíritus ni nada parecido; nos referimos a tus sábanas. Aunque se vean impecables y limpitas, y no tengan ningún olor raro; aunque vos no tengas ni mascota ni alergias y no hayas transpirado una gota mientras dormías, tenemos noticias no muy buenas (y bastante desagradables de hecho).

ama desarmada con sábanas arrugadas

Huéspedes inesperados

Como decíamos, por más de que las sábanas parezcan impolutas, en ellas viven miles de ácaros, que se alimentan a su vez de las (¡50!) millones de células muertas que una persona desprende cada día (en un año suman 4 kg 😦). Si lo pensás bien, esto quiere decir que nunca dormís solx… pero no nos vayamos de tema. 

Como si lo primero no fuera poco, también está el polen que flota en el aire y se acumula en las sábanas, las bacterias que los ácaros generan, el polvo y suciedad que traemos de la calle, la caspa y pelos de nuestras mascotas, y la lista sigue y sigue… Tu cama es, a nivel microscópico, un nido de bacterias que puede traerte problemas de salud si no la mantenés correctamente. Pero a no desesperar, que estamos acá para decirte todo lo que necesitás saber.

Cama Calm

¿Cuánto es mucho tiempo sin lavar las sábanas?

Pasamos un tercio de nuestra vida en la cama; otra razón más por la que deberíamos poner especial atención en la higiene de nuestra habitación. Las sábanas son, literalmente, la ropa que nos viste durante todo ese tiempo de vida. ¿Usarías una remera por dos meses sin lavarla? ¿Y una prenda interior? 

Obvio que hay tantas respuestas como personas en el mundo. Imaginate que, en una encuesta hecha en Inglaterra, el 3% de la población dijo que lava sus sábanas cada un año… Después de todo lo que hablamos, es evidente que no es la mejor frecuencia de lavado (los ácaros ya armaron prácticamente una civilización en tu cama después de tanto tiempo). Pero no todos los ingleses son así, el 55% respondió que lo hace una vez por semana (spoiler alert, están en lo correcto).

La posta es limpiar las sábanas cada una semana, o cada dos si es invierno, te acostás después de bañarte, y no tenés mascotas ni alergias.  Sabemos que la vida actual hace difícil mantener un régimen muy estricto de limpieza, y que es muy fácil colgarse y dejar las sábanas puestas por más tiempo. Pero creenos, tus pulmones y tu piel te lo van a agradecer.

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El vínculo entre el sueño y la salud mental

Persona acostada sobre colchón calm,

¿Cuántas veces te levantaste habiendo dormido mal y poco, creyendo que una buena taza de café o un litro de mate podrían salvarte el día? No está en discusión que la cafeína nos ayuda a estar más atentxs y despiertxs, pero nunca va a poder reemplazar una buena noche de sueño. Y  tampoco evita otros problemas que pueden aparecer.

No descansar el tiempo suficiente tiene consecuencias mucho más graves que sentirte cansadx o irritable todo el día.

El panorama actual no es muy alentador en este sentido: un estudio del CONICET y del Observatorio de la Deuda Social de UCA confirma que el 14,22% de lxs argentinxs duerme mal. Como si esto fuera poco, se demostró que dormimos 2 horas menos que hace 30 años y que el 22% de nuestrxs compatriotas padece de somnolencia.

Sumado al hecho de que debilita nuestro sistema inmunológico y genera daños a largo plazo (presión arterial alta, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular), no dormir entre 7 y 9 horas por día puede ser muy perjudicial para nuestra salud mental.

Persona acostada sobre colchón calm,

No negocies tu sueño

El profesor de psicología y especialista en sueño Jakke Tamminen comenta que durante el sueño se dan ciertos procesos mentales que ayudan a fijar nuestros recuerdos y almacenarlos en la memoria.

Es cuando dormimos que procesamos la información adquirida durante todo el día, y alterar este proceso tiene efectos directos en nuestra salud mental.

Si dormimos mal constantemente, aumentan las probabilidades de tener depresión, ansiedad y que nuestra estabilidad emocional sea como un samba en pleno verano costero.

Cuando dormimos, pasamos por diferentes ciclos de sueño de 90 minutos, a los que podemos dividir en dos partes: la REM (movimiento ocular rápido) y la no REM, que en su mayor parte corresponde a un período llamado SWS (de ondas lentas).

El sueño profundo se da en la segunda, ayudando a nuestro sistema inmunológico y a nuestros proceso cognitivo. En la fase REM (si ves a alguien durmiendo y sus ojos se mueven rápido, está en esa etapa) es en la que soñamos y profundizamos en el aprendizaje y en nuestras emociones.

Entonces, dormir bien significa pasar varias veces por estas etapas (en 8 horas deberíamos pasar mínimo por 5 de estos ciclos naturales). El problema surge cuando los interrumpimos: no alcanzamos un sueño profundo, aumentamos la producción de hormonas que generan el estrés y nuestra capacidad para manejar las emociones disminuye.

descanso almohada calm

Y es ahí que aparece la irritabilidad, el mal humor y los pensamientos fatalistas o trágicos (si tu tendencia natural es al drama, ya sabés que dormir bien es el mejor antídoto).

¿El huevo o la gallina?

¿Tenés ansiedad y desgano porque dormiste mal? ¿O no podés relajarte y dormir profundo porque tu cabeza va a mil y tenés pensamientos negativos?

Es un hecho,, la salud mental y el dormir forman un circuito que no puede dividirse. La calidad del sueño influye directamente en tu salud mental, así como ciertas patologías pueden hacer que te cueste dormir a la noche. 

Según el Instituto del sueño, el 80% de los pacientes con depresión  ve afectadas tanto la cantidad como la calidad de su sueño. El problema más frecuente es el insomnio, haciendo difícil conciliar el sueño o, una vez que se consigue dormir, mantenerlo en el  tiempo.

Lo mismo sucede con la ansiedad: a veces no nos deja dormir y eso nos vuelve más ansiosxs todavía,  haciendo que durmamos peor y que puedan aparecer síntomas de depresión.

Un círculo no vicioso

Si nos esforzamos por dormir mejor nuestra salud mental va a mejorar, y viceversa. Lógicamente, es más fácil e inmediato empezar por el sueño, pero ambos son igual de importantes.

Chico recostado en su colchón calm, jugando

Intentá generar buenos hábitos que te ayuden antes y a la hora de acostarte. En el mundo hiperconectado, acelerado y lleno de pantallas en el que vivimos, esto implica tiempo y esfuerzo. Pero lo bien que te vas a sentir (física y mentalmnte) no tiene comparación. Las claves para dormir bien son

  • Acostarse a la misma hora todos los días.
  • No tomar cafeína (café, mate, gaseosas) a la noche.
  • Evitar el alcohol y las comidas pesadas antes de dormir.
  • No ver ninguna pantalla por lo menos una hora antes de acostarte.

Si lo que más te preocupa es tu bienestar mental, o si los problemas no mejoran, siempre es recomendable consultar a un especialista (psicólogx, medicx especialista en sueño, psiquiatra). 

En concreto, hay muchísimos tratamientos para el insomnio, y el acompañamiento en otras patologías como ansiedad o depresión te van a ayudar a estar mejor.

A dormir bien se ha dicho.

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El sueño bifásico es adecuado para vos?

colchón calm en hora mágica

No, no tiene nada que ver con aparatos eléctricos o enchufes. El sueño bifásico consiste en separar tus horas de sueño en dos o más partes (en ese último caso, sería polifásico) durante el día y la noche.

Es un método bastante diferente al que estamos acostumbradxs, también llamado monofásico, que consiste básicamente en dormir entre 7 y 9 horas (con suerte). 

Podés pensar que dormir siesta ya implica tener un sueño bifásico, y un poco de razón tenés. Pero el sueño bifásico, poniéndonos estrictxs, es un régimen integral. Es algo mucho más consciente y estructurado que dormirte un par de horas a la tarde los domingos, o un día de la semana en el que estás agotadx. 

colchón calm en hora mágica

Allá lejos y hace tiempo...

El sueño bifásico solía ser lo común en las sociedades preindustriales. Sin embargo, en estos años se puso de moda entre las personas que quieren ser más eficientes y productivas. Están también lxs que buscan una forma de descansar que se adapte mejor a sus ritmos circadianos (algo así como su reloj biológico interno). 

Entonces, ¿de qué va este método tan extraño? ¿Puede servirte para dormir mejor o aprovechar más tu tiempo?

Existen dos tipos de sueño bifásico. A veces significa que te tomás la siesta muy en serio y dormís unas horas religiosamente todos los días. En países como Grecia y España es muy común, y en el interior de nuestro país también. Si te interesa saber cómo dormimos la siesta los argentinxs, podés leer esta nota.

La otra forma, más radical y quizás más interesante, es dividir en dos partes el sueño, con un lapso de 2 o 3 horas en el medio. Según el historiador A. Roger Ekirch, este segundo tipo de sueño bifásico era muy habitual en Europa antes de la Revolución Industrial. 

Dos personas disfrutando su colchón calm

En su libro sobre las costumbres nocturnas del pasado, describe cómo la gente se iba a dormir poco después de las 12 pm, y lo hacía hasta las 4am. A esa hora se despertaban para tener un tiempo de vigilia de dos horas, y volvía a dormir 4 horas más.

Durante ese “descanso”, las personas tenían más energía y hacían cosas como limpiar y coser, o dedicaban ese tiempo para tener relaciones sexuales (actividades que pudieran hacerse a la luz de la luna, o a oscuras).

Ventajas y desventajas

El sueño bifásico tiene varios beneficios comprobados para nuestra salud: dormite una siesta cortita todos los días y vas a ver. 

Está demostrado que las siestas pueden mejorar la memoria, la capacidad de concentración y nuestro estado de ánimo. De hecho, dormir siestas de 20 minutos en el trabajo aumentaría exponencialmente nuestra productividad. 

Puede que incluso el insomnio de algunas personas se explique con el sueño bifásico: se fuerzan a dormir con un patrón (monofásico) que no es el que su cuerpo necesita. 

Si pensas que la modalidad bifásica puede ayudarte, los desafíos que vas a tener mientras intentas incorporarla a tu vida seguramente sean sociales.

La mayoría de los planes con amigxs te van a surgir a la tarde, y probablemente algunxs no te tomen en serio. Les va a resultar raro que intentes dividir tu sueño en dos partes.»¿Para qué?… Si todo el mundo duerme de corrido».

Ya sabés que ese argumento es falos. Contales que Charles Darwin, John F. Kennedy y el escritor francés Honoré de Balzac dormían así.

Persona durmiendo en colchón calm

Paso a paso

Ahora, imaginate que este post te dejó tan copadx que querés aplicar el sueño bifásico hoy mismo. Sea cuando sea que empieces, arrancá de a poco. Te va a llevar unas buenas semanas cambiar un esquema tan arraigado como el momento de dormir. 

Además, vas a tener que ser muy estrictx con los horarios. Decidí de antemano qué franja del día querés dormir y en qué momentos necesitás estar lúcido y despierto para poder trabajar, estudiar o compartir con tu familia y amigxs. Y lo más importante: respetalos. La disciplina y la organización son la clave para lograrlo. 

Por último, tené esto siempre presente: dividir el sueño no implica dormir menos, cumplí las 7/9 horas diarias de sueño aunque no sean de un tirón. Y siempre prestá atención a tu cuerpo. Si ves que los beneficios que mencionamos acá no aparecen, y sentís que con este cambio dormís peor, volvé a tus viejos hábitos. 

El sueño monofásico no es para todxs, y dormir de corrido tampoco está tan mal… 

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¿Cómo la falta de sueño afecta tu desempeño laboral?

Chica acostada con los ojos abiertos, colchón calm

No hay nada peor que llegar a la oficina sin haber dormido bien y sentirte como si tuvieras la peor resaca del mundo.

Lo peor de todo es tu cabeza, que entra en modo «ahorro de energía» porque sólo te queda un 3% de batería mental y no tenés cargador. Muchas veces ni el café más potente puede ayudarte. 

No queremos ser alarmistas, pero esto tiene consecuencias bastante, por no decir MUY,  negativas en tu desempeño laboral. Una encuesta de la National Sleep Foundation (EEUU) demostró que el 29% de las personas encuestadas se durmieron o tuvieron mucho sueño durante la jornada laboral el mes anterior.

Más de una cuarta parte de las personas empleadas dijo que el cansancio interfiere con sus actividades diarias por lo menos 5 días al mes, y el 12% llegó tarde al trabajo por haberse quedado durmiendo, sin querer.

Chica acostada con los ojos abiertos, colchón calm

Con decir que la explosión de Chernobyl fue asociada a personal mal descansado es suficiente para entender la importancia de este tema. Cualquier tarea que implique decisiones riesgosas, o manipulación de herramientas delicadas, puede terminar en desastre si quienes están a cargo sufren de cansancio por no dormir lo suficiente.

En serio, las personas con trastorno del sueño tienen 50% más de probabilidades de tener accidentes laborales.

Según el doctor y especialista en sueño Daniel Vigo, estar sin dormir por más de 17 horas es equivalente a exceder el límite permitido de alcohol en sangre. En otras palabras, pasar tantas horas sin dormir es igual a tomarse 4 pintas de birra y seguir como si nada. Imaginate tener que operar a alguien en esas condiciones, o manejar 5 horas de noche en la ruta en ese estado.

perro escribiendo en pc

A mimir se ha dicho

Entonces, ¿cómo podemos evitar estas situaciones? De la misma manera que con muchos de los problemas actuales en nuestra sociedad, la falta de sueño debería ser analizada desde varias perspectivas.

A nivel mundial y social, necesitamos que las empresas reconozcan que el personal con sueño es, en el peor de los casos, una fuerza peligrosa de trabajo.

En un panorama medianamente aceptable, significa tener personas empleadas que ofrecen un rendimiento bajo y menos productivo. Las Power naps (o siestas revitalizantes) durante la jornada laboral podrían ser una buena solución.

¿Qué podemos hacer a nivel individual? Poner más esfuerzo en generar hábitos saludables de sueño, y así disfrutar de los tantos beneficios de dormir bien, no sólo en nuestro trabajo, también en la vida en general.

Dormir a una hora determinada todos los días para asegurar un descanso promedio. Utilizar productos de buena calidad para nuestra cama es muy importante para asegurar noches de sueño revitalizantes. Como por ejemplo, sábanas suaves un buen edredón con el relleno justo y la textura ideal, un colchón que se adapte a tus necesidades, con o sin resortes, como a vos más te guste, y también por supuesto almohadas que sostengan tu cervical, y tu cabeza a la hora de dormir.

Durmiendo en cama calm

Starter pack para dormir...

Siguiendo estos consejos (todos los que puedas, obvio; acá no juzgamos) vas a poder dormir mejor, más profundo y, ¡al fin!, levantarte a la mañana con energía y de buen humor.

🟣Podés evitar cenar muy pesado antes de dormir. Esto incluye gaseosas, ese rogel que sobró de tu cumpleaños, y sí, lamentablemente incluye ese cafecito después de cenar.

🟣Invertí en un buen colchón que ayude a tu postura y a tu relajación. 

🟣No te lleves el celular ni la computadora a la habitación. Dejalos en el living una hora antes de acostarte (con sonido, obvio, pero la idea es que no te expongas a pantallas mientras te preparás para dormir).

Ahora que ya sabés cómo dormir bien para trabajar mejor, cerrá la compu o dejá el celular, y si es de noche ¡andá a dormir! y si es de día, una siestita nunca viene mal…

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¿Cómo el sueño afecta al rendimiento escolar?

chicos estudiando

Sabemos bien que el sueño tiene una importancia fundamental en el desarrollo infantil, aunque esto no se ve necesariamente reflejado en acciones: muchxs chicxs no duermen lo suficiente. 

Condicionantes como la pandemia, el exceso de televisión y de videojuegos y la comida ultra azucarada no ayudan en absoluto. Pero ahora nos gustaría ir un poco más profundo, para entender cómo afecta la falta de sueño en las mentes y en el rendimiento de nuestrxs hijxs.

Cualquier persona que duerma mal va a estar cansada durante el día, de mal humor y con la cabeza en cualquier lado. Especialmente en lxs chicxs, esto tiene efectos negativos generales que no sólo perjudican su bienestar y salud mental.

También se ve reflejado en su desempeño escolar y en sus capacidades de descubrir y experimentar el mundo que lxs rodea.

chicos estudiando

El sueño: nafta para el cerebro

No es ninguna novedad, entonces, que varios estudios hayan demostrado que la falta de sueño afecta directamente las notas de lxs chicxs en la escuela

Y acá nos gustaría detenernos un segundo: sabemos que un lindo boletín con buenas notas enorgullece a cualquier padre o madre, pero también estamos en condiciones de decir que eso no es lo más importante.

Lo primordial en la educación de nuestrxs hijxs es desarrollar su curiosidad y su capacidad de observar y analizar el mundo que lxs rodea. Un 10 en geografía no es necesariamente garantía de eso, y las malas notas tampoco son, de por sí, un indicio de la incapacidad de ningún chicx. 

Pero no importa el enfoque que tengamos sobre la educación, dormir mal no ayuda en ninguno de estos aspectos. 

chico estudiando

Investigadorxs de Boston College (EE. UU.) compararon el desempeño escolar de casi un millón de estudiantes, en más de 50 países, mientras hacían un seguimiento de sus patrones de sueño.

Así pudieron demostrar, con evidencia científica, que lxs estudiantes que dormían regularmente más horas también llegaban a notas más altas en matemática, ciencias y en comprensión lectora.

Duermete niño, duermete ya...

Que viene el lobo y te llevará… Así sigue una de las versiones de este tema tan icónico de nuestras infancias. Por suerte, hoy en día tenemos una pedagogía más desarrollada y menos amenazante para nuestrxs hijxs.

Y no todo es tragedia y malas noticias. Hay una forma de revertir los efectos negativos que trae el dormir pocas horas y con baja calidad de sueño. Si un/a chico/a empieza a dormir lo suficiente de manera regular, sus notas y su capacidad cognitiva general pueden mejorar.

colchón calm en hora mágica

Intentá que no miren tele o usen el celular un par de horas antes de irse a dormir (y de paso podés hacer lo mismo: ¿qué mejor que dar el ejemplo y encima beneficiarte vos también?).

Tratá de no volver costumbre la gaseosa o la comida repleta de azúcar en la cena. También podés leerles un cuento antes de dormir o hacer algún plan que implique descargar  energía para que se acuesten bien tranquilxs (pero tampoco lxs pongas a correr y saltar porque no se duermen más).

En fin, enseñales a dormir bien y a tener buenos hábitos nocturnos. Les vas a estar dando algo mucho más importante y duradero que una buena nota en el boletín.

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¿Cómo dormir afecta a tu memoria?

Descanso en almohada y colchon calm

Si ni siquiera te acordás de qué comiste ayer, no te preocupes, nos pasa a todxs. Pero de lo que queremos hablar hoy es de otra cosa: la importancia que tiene dormir bien para poder memorizar y recordar lo que aprendemos durante el día y las experiencias significativas que atravesamos. 

¿Cuántas veces nos quedamos hasta las 5 a.m. repasando para un final a la mañana siguiente? ¿Quién no pasó de largo para llegar a aprenderse ese resumen eterno de la materia más difícil y con más correlativas de la carrera?

Spoiler alert: dormir las horas necesarias tiene beneficios tremendos para nuestra memoria, y esas costumbres (¡oh sorpresa!) no nos ayudan.

Viaje al centro de tu cerebro

Varios estudios científicos … sí, los de esas universidades estadounidenses que siempre nos dan material suculento (como que una copa de vino por día ayuda al corazón, o que ver deporte por televisión es bueno para la salud). ¡Gracias por tanto, Universidad de Massachusetts! 

En fin, varios estudios científicos demuestran que dormir entre 7 y 9 horas (para adultos; para niñxs y adolescentes, entre 9 y 11 horas) nos permite concentrarnos más, retener mayor cantidad de información y poder fijarla correctamente en nuestro cerebro.

Descanso en almohada y colchon calm

Siendo más rigurosxs, hay varios tipos de memoria que trabajan en el mente cada día. Primero, está la memoria semántica o fáctica, en la que se graban los “datos duros” como la capital de Chaco (¡RESISTENCIA!) o que cortó la mamá de nuestro querido Ricky Fort y nos dio uno de los mejores memes argentos (LA LOOZ). 

La memoria procedimental nos recuerda cómo hacer x cosa (andar en bici, cocinar un omelette, etc.), y la memoria emocional implica emociones grabadas, como el miedo o el asombro.

Para que todas estas memorias funcionen correctamente, hay tres procesos que se tienen que dar. Primero, está la adquisición de nueva información o nuevas experiencias; después viene la capacidad de recordar eso que aprendiste o qué pasó en el día (que la memoria pueda acceder a ese recuerdo, como en un Blockbuster cuando ibas a agarrar el VHS del estante).

Por último, la consolidación. Esto sucede entre los dos procesos anteriores, cuando tu memoria guarda, etiqueta y archiva (de nuevo, como un videoclub) las cosas en tu cerebro.

Chica durmiendo tapada con soábanas

Dormir bien = aprender mejor

Todo bien.. pero, ¿qué tiene que ver el sueño con todo esto? Básicamente, si no dormís las horas suficientes, es más difícil que puedas adquirir nuevos saberes o experiencias, y ni hablar de recordarlas cuando lo necesites.

Sin embargo, la posta está acá: imaginate a tu memoria como quien está a cargo del videoclub (o de una biblioteca, lo que más te guste). Durante el día atiende gente y está a mil; recién a la noche, con el local cerrado y con tranquilidad, puede ponerse a acomodar todo y a categorizar las nuevas películas que entraron.

¿Ya vas entendiendo mejor? Es mientras dormimos que nuestro cerebro consolida lo vivido y aprendido durante el día, organizándolo y clasificándolo en nuestros estantes mentales.

El momento más productivo

Pasamos por varias fases al dormir: una de las más importantes es la REM (movimientos rápidos de los globos oculares), en donde la actividad cerebral es muy alta y durante la cual nuestro cerebro reproduce las experiencias que vivimos en el día (parte de la consolidacón).

estantes biblioteca

Según el profesor inglés Jakke Tamminen,  en otra etapa llamada de ondas lentas (SWS), nuestra mente categoriza y guarda recuerdos  para que queden grabados y organizados en nuestra “biblioteca” mental. También, en esta etapa se desechan los que no sirven (por eso podés no acordarte qué comiste ayer y no pasa nada).

Por todo esto, es importante dormir entre 7 y 9 horas: alcanzar el sueño profundo permite que nuestra memoria pueda completar sus tres procesos (adquisición, recuerdo, consolidación) de manera correcta y con el tiempo necesario. ¡A mimir se ha dicho!

PD: como verán, ese mito urbano de “dormir escuchando resúmenes te ayuda a memorizar” no tiene mucho sentido y es un engaño, así como tampoco vamos a despertarnos sabiendo inglés por escuchar el nuevo disco de Dua Lipa en repeat mientras soñamos (¡pucha!).

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Medidas de colchones: la guía comparativa

medidas de colchones

Hablemos de tamaño

Más allá de tus preferencias personales, hay varios factores a tener en cuenta antes de elegir el tamaño de un colchón: ¿Qué tan grande es tu dormitorio? ¿Compartís la cama con tu pareja o tus mascotas? ¿Preferís tener lugar para tus actividades del día a día o priorizás el espacio para dormir?

Te mostramos los seis tamaños de colchones más comunes para ayudarte a encontrar la medida del colchón perfecto para vos.

medidas de colchones

Dimensiones de los 6 tamaños mas usados

1 plaza
80 x 190 cm
1 y 1/2 plaza
100 x 190 cm
2 plazas
140 x 190 cm
Queen
160 x 200 cm
King
180 x 200 cm
Superking
200 x 200 cm

1 plaza: 80 x 190 cm

¿Qué decir del colchón más chiquito y práctico de todos? Su tamaño compacto lo hace ideal para niñxs y adultxs solterxs, o para  cualquier habitación en la que quieras hospedar a alguien.

¿Te estás mudando a un monoambiente y necesitás optimizar el espacio? La respuesta es una plaza. ¿Te armaste tu tan deseada oficina en otra habitación, pero igual querés recibir a tu amigx o familiar que viene a pasar el finde a tu ciudad? Una plaza es el tamaño ideal para vos.

Colchón Calm 1 plaza

Plaza y 1/2: 100 x 190cm

Cumple básicamente la misma función que el de una plaza y con beneficios similares. Pero tiene ese plus de 20 cm que hace que puedas estirarte un poco más, o que duermas más cómodx con tu mascota chiquita o mediana al lado. Claro que, si tenés un Gran danés, no estaría siendo el mejor tamaño…

2 plazas: 140 x 190 cm

Es como aprender a tomar vino, un pasaporte de entrada  a la vida adulta. Si te estás mudando solx por primera vez, o decidiste convivir con tu pareja, y querés algo más bien cómodo pero adaptable a un departamento de dos ambientes, el colchón de 2 plazas es la que va. 

De todas maneras, vale aclarar que no es la mejor opción para compartir con tus mascotas. Y tampoco si tenés  hijxs que vienen a dormir con vos en la madrugada porque Pepa Pig les dio pesadillas.

colchón calm en caja

Queen: 160 x 200 cm

El Queen es la reina indiscutida de los colchones, el hit que no  falla jamás. ¿Qué mejor que poder desparramarte y dar vueltas por toda la cama, sin dejar la mitad de tu cuerpo afuera o sin molestar a tu pareja?

Además es ideal para brunchear en tu cuarto un domingo viendo Netflix. Eso sí,  lo recomendamos para habitaciones de 9 metros cuadrados mínimo.

Colchón calm

King: 180 x 200 cm

20 cm más pueden hacer la diferencia. Si con el Queen tenías amplitud, con el King tenés total independencia de lechos. Nadie te molesta, no molestás a nadie. Negocio redondo.

Ideal si querés un colchón grande pero sin ocupar tanto espacio de tu habitación.

Super King: 200 x 200 cm

Ni el mismísimo Pitágoras pudo imaginarse un cuadrado tan perfecto: 2 metros de suavidad por 2 metros de lujo. Es la medida perfecta para que entres vos, tu pareja, tus mascotas, tus hijxs, gachi, pachi, y hasta la reina de Inglaterra.

Atenti, para tener un colchón king necesitas un buen dormitorio principal, preferentemente de al menos 12 metros cuadrados.

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¿Qué posición es mejor para dormir?

Soporte del colchón de espuma: dos personas acostadas

Imaginate poder caminar varios kilómetros mientras dormís, o nadar por el mar mientras te echas una linda siesta. Algunos animales, por más inverosímil que parezca, pueden hacerlo. Las personas lamentablemente no (o no tan lamentable: la cama es un buen lugar después de todo). 

Los seres humanos tenemos prácticamente una sola forma de dormir: horizontalmente. Sí, podés dormir en el bondi volviendo de trabajar, pero en condiciones normales lo hacemos en nuestras camas.

Sin embargo, dentro de esa costumbre hay un rango relativamente amplio de posiciones, y como podrás imaginar, algunas son mejores que otras.

Los seres humanos tenemos prácticamente una sola forma de dormir: acostadxs. Sí, podés quedarte dormidx en el bondi volviendo de trabajar, pero en condiciones normales lo hacemos en nuestras camas.

Sin embargo, dentro de esa costumbre hay un rango relativamente amplio de posiciones, y como podrás imaginar,  algunas son mejores que otras.

Soporte del colchón de espuma: dos personas acostadas

Posiciones para dormir, ¿cuál es mejor?

Siempre tenemos una posición favorita, o una forma de acomodarnos que hace que nos durmamos más rápido o con más comodidad. A veces puede ser porque es la que mejor le hace a nuestro cuerpo, pero otras puede jugarte en contra y generarte dolores musculares o problemas para respirar.

La posición fetal (acurrucada de costado) es una de las más comunes: 4 de cada 10 personas duermen así, según el profesor y experto en sueño Chris Idzikowski. Dormir así ayuda a evitar dolores cervicales y de espalda, además de permitirte respirar mejor y disminuir los ronquidos (si querés saber por qué roncamos y cómo evitarlo, podés escuchar el episodio 4 de nuestro Podcast El Comité del Sueño.

Cerca del 15% prefiere dormir en una posición de “tronco” (de costado y a lo largo, con los brazos estirados). Es la más recomendada para transitar el embarazo o si tenés acidez o reflujo (en ese caso, hacelo del lado izquierdo).

Es clave tener una buena almohada para que tu cabeza quede alineada con las vértebras, y evitar esta posición si tenés algún problema en el hombro (del lado en el que dormís). Nuestras almohadas son todas distintas entre sí, y se ajustan a diversas necesidades. Por ejemplo, la Almohada Inteligente se moldea a la forma de la cabeza para no generar resistencia y aliviar la zona cervical, por otro lado, la Alta Almohada es ideal para personas que prefieren un descanso, con la cabeza más elevada. También la Doble Sensación es perfecta si necesitás cambiar de sensación de noche en noche. Si querés conocer las demás opciones entrá acá.

La posición fetal (acurrucada de costado) es una de las más comunes: 4 de cada 10 personas duermen así, según el profesor y experto en sueño Chris Idzikowski.

Dato de color: es dos veces más común en mujeres que en hombres. Dormir así ayuda a evitar dolores cervicales y de espalda, además de permitirte respirar mejor y disminuir los ronquidos (si querés saber por qué roncamos y cómo evitarlo, entrá acá).

Cerca del 15% prefiere dormir en una posición de “tronco” (de costado y a lo largo, con los brazos estirados). Es la más recomendada para transitar el embarazo o si tenés acidez o reflujo (en ese caso, hacelo del lado izquierdo).

Es clave tener una buena almohada para que tu cabeza quede alineada con las vértebras, y evitar esta posición si tenés algún problema en el hombro (del lado en el que dormís).

Prueba en casa

Zona de riesgo

A las personas que duermen boca arriba con los brazos a los costados (8% de la población) se les suele llamar “soldados”. Son aquellas que cuando están en horizontal no sabés si están meditando, en medio de un viaje astral o son vampíros.

Es ideal si solés tener dolores de cuello o espalda, porque no hacés presión extra sobre ninguna de estas partes y pueden estar perfectamente alineadas y en reposo. 

Atenti, si roncás mucho o tenés apnea de sueño, mejor evitala (en especial si dormís con alguien al lado). Las vías respiratorias pueden obstruirse un poco y aumentar la potencia del ronquido o las interrupciones de la respiración.

También están lxs que duermen (increíblemente) boca abajo, quienes suman el 7%, según el experto Chris Idzikowski. Sea con los brazos a los costados, o abajo de la almohada, esta posición es la menos recomendable de todas.

La presión que se ejerce sobre el cuello es muy grande y puede generar tendinitis, lumbalgias  y cervicalgias, entre otras cosas no muy placenteras. Está completamente desaconsejada para las personas recién nacidas, y básicamente para cualquiera que no quiera vivir con el cuello duro.

Chica durmiendo tapada con soábanas

Y la posición ganadora es...

Como verás, no hay un ranking absoluto de las mejores posiciones, sino que depende mucho de tus necesidades y de tu cuerpo. Si roncás, dormir boca arriba no va a ser lo mejor, pero ayuda mucho a descansar el cuello y los hombros.

Prestá atención a cómo dormís y, sobre todo, a cómo te levantas. En base a eso podés elegir la mejor posición, o ir variando hasta encontrar la que te haga sentir mejor.Escuchá a tu cuerpo, que sabe lo que dice.

 Prestá atención a cómo dormis y, sobre todo, a cómo te levantas. En base a eso podés elegir la mejor posición, o ir variando hasta encontrar la que te haga sentir mejor.

 Escuchá a tu cuerpo, que sabe lo que dice.

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¿Por qué roncamos?

Descanso sábanas

Sabemos lo desesperante que puede ser que tu pareja o compañerx de cuarto ronque. Es como tener una construcción al lado y que estén meta martillo y taladro mientras dormís.

Sobre todo para lxs que tienen el sueño liviano, el ronquido es una pesadilla. Altera el sueño y hace que te despiertes cansadx y de mal humor. Pero, ¿qué es lo que causa este sonido tan maldito? Y lo más importante: ¿cómo lo paramos?

Somos mucho más que dos...

Empecemos por la buena noticia: la persona roncadora que te atormenta no está sola. Roncar es más común de lo que creemos, y no estamos hablando solo de tu tío que se queda dormido en las fiestas de fin de año.

Es verdad que los hombres adultos (40-60) y mayores forman el grupo de roncadores más grande. Pero también es cierto, según las estadísticas, que el 30% de personas mayores de 30 años roncan, y un tercio son mujeres.

Chica durmiendo tapada con soábanas

¿Qué son los ronquidos?

Al dormir, el aire que inhalamos y exhalamos pasa a través de nuestras vías respiratorias. Cuando los músculos de las vías respiratorias se relajan demasiado durante el sueño, el flujo de aire hace que vibren. Así nace el tan problemático ronquido. 

La razón por la que las personas mayores roncan más está en que la tonicidad muscular gradualmente se pierde con la edad y afecta a todas las partes del cuerpo, incluida obviamente la garganta. Pero no se limita a gente grande.

Puede haber otras causas o agravantes como las alergias, congestiones nasales, amígdalas y adenoides inflamadas (especialmente en los chicxs), tabaquismo y obesidad. Incluso algunos medicamentos, como relajantes musculares y pastillas para dormir influyen.

Las personas embarazadas, lxs que vuelven de una noche larga de fiesta o  que comieron muy pesado durante la cena, también pueden ser víctimas del ronquido.

Además, puede tener origen en la anatomía de cada persona. Un tabique desviado, una lengua o campanilla más grande de lo normal,  o un paladar grande son suficientes para hacer que ronques como una orquesta en pleno concierto.

Y si a alguno de estos factores le sumás  una cena pesada o una noche de fiesta intensa, puede que hasta tus vecinxs te escuchen.

SOS, no puedo dormir

Lo primero es analizar qué tan grave es la situación. Todo el mundo ronca a veces. Pero si los ronquidos son crónicos y especialmente si van acompañados de respiración irregular, conviene hacer un estudio integral para asegurarte de que no haya trastornos del sueño, como una apnea obstructiva.

Con el chequeo hecho y alguna condición más compleja descartada, podemos empezar a buscar soluciones. Especialistas recomiendan

  • Hacer más actividad física. Ayuda a combatir el insomnio, los ronquidos y las apneas. 
  • No ejercitar de noche. Hacé actividad física máximo hasta tres horas antes de dormir. 
  • No dormir boca arriba. Esto hace que los músculos estén más relajados y sea más probable roncar. La mejor forma de evitarlo es dormir de costado.
Persona durmiendo en colchón calm
  • Cenar liviano. Evitá carnes, fritos y cualquier comida muy pesada.
  • No comer e irse a dormir. Lo mejor es dejar pasar tres horas entre que terminás  la cena y te acostás.

En Argentina cenamos tan tarde que esto a veces se complica. Podés probar de adelantar el horario de la comida  y ver si los ronquidos mejoran.

Olvidate de todos esos aparatos extraños que ves en el folleto del supermercado o que te cruzás por Mercado Libre. No suelen ser muy efectivos (pero sí bastante caros). 

Es importante no despertar a la persona que ronca. De por sí ya duerme entrecortado, y si encima lx movés para que pare o se despierte, es peor. En cambio, podés probar con unos buenos tapones de silicona y de paso dormís mejor vos también.

Por último, en el caso más grave donde nada de todo lo que te dijimos funciona, pueden probar dormir en habitaciones separadas. Dormir en camas separadas y descansar como corresponde va a ser mucho mejor, a corto y largo plazo, que dormir en pareja pero mal.