Hay un prejuicio que tenemos muy instalado como sociedad: si una pareja es feliz y todo va bien, ambxs duermen en la misma cama, pero si lo hacen en camas separadas, es porque algo no está funcionando. Como en Calm nos gusta romper paradigmas y pensar nuevas formas de hacer y de ver las cosas, nos preguntamos: ¿es realmente así?
Según un estudio realizado por The Better Sleep Council, el 26% de las parejas estadounidenses afirma dormir mejor por separado, y una de cada diez duerme directamente en habitaciones diferentes. Pero, al mismo tiempo, es innegable el placer de volver a tu casa después de un día agotador y acostarte en tu cama abrazadx a tu pareja, o dormir cucharita en una noche helada de invierno con la lluvia golpeando contra la ventana.
¿Compartir o no compartir? Esa es la cuestión.
¿Tu pareja ronca o sus movimientos no te dejan dormir?
Estas son condiciones más bien físicas y externas: parecería que no hay mucho que hacer para solucionarlas. A no desesperar, que siempre hay alguna alternativa. Si ronca, pedile a tu pareja que vaya a revisarse a un/a medicx para detectar el problema y así poder alivianar la cuestión.
Si se mueve mucho, pueden elegir un colchón de espuma de alta densidad para que absorba todos los movimientos y ni te enteres de que está ahí (en Calm tenemos los mejores 😉). Ojo, también puede ser que el tamaño de colchón que tengan no sea el ideal (acá te ayudamos a elegir la medida perfecta para vos).
¿Te molestan sus hábitos cuando se acuestan?
¿Tu novix se acuesta en la madrugada y te despierta cada noche, mientras vos estás estás en el quinto sueño? ¿Te quedás leyendo discusiones eternas y desproporcionadas en Twitter, con la luz del celular iluminando toda la habitación? O peor, te reís a carcajadas viendo memes mientras tu pareja intenta dormir.
En este caso, la solución es siempre una: el diálogo; la herramienta universal para resolver conflictos. Pueden llegar a un acuerdo hablando con sinceridad y poniendo cada unx un poco de sí. O, si nadie quiere/puede ceder y ninguna alternativa es viable, bienvenidas sean las camas separadas(o habitaciones distintas, ¿por qué no?).
Dormir separadxs no es la solución a otros problemas
Queremos demostrar que no hay alternativas que estén bien o que estén mal, simplemente hay elecciones. Sin embargo, las bases para tomar decisiones de este estilo deberían ser siempre el consenso y la honestidad.
Si con tu pareja están pasando un mal momento (como los hay en cualquier vínculo en la vida) y deciden dormir cada unx por su lado, ¡adelante!, pero no crean que las cosas se van a resolver sólo por eso. Asegúrense de entender qué quiere cada unx y qué espera alcanzar durmiendo separadxs, además de que todas las condiciones estén super claras.
Sentido común por sobre todas las cosas
¿Es lindo dormir en pareja? Sí, pero si compartir la cama hace que duermas mal, que al otro día te despiertes liquidadx y de mal humor, y que encima te la agarres con la persona que causó tu desvelo, lo lindo se vuelve tortuoso.
Por eso, la clave es que dormir en la misma cama sea una decisión de a dos (o tres o lxs que sean), a consciencia y con pautas claras; nada de “es lo que hay que hacer” o “¿qué van a pensar si dormimos separadxs?”. Lo mismo vale para las camas separadas: diálogo y consenso.
Al fin y al cabo, descansar bien es lo primordial.