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¿Cómo dormir afecta a tu memoria?

Descanso en almohada y colchon calm

Si ni siquiera te acordás de qué comiste ayer, no te preocupes, nos pasa a todxs. Pero de lo que queremos hablar hoy es de otra cosa: la importancia que tiene dormir bien para poder memorizar y recordar lo que aprendemos durante el día y las experiencias significativas que atravesamos. 

¿Cuántas veces nos quedamos hasta las 5 a.m. repasando para un final a la mañana siguiente? ¿Quién no pasó de largo para llegar a aprenderse ese resumen eterno de la materia más difícil y con más correlativas de la carrera?

Spoiler alert: dormir las horas necesarias tiene beneficios tremendos para nuestra memoria, y esas costumbres (¡oh sorpresa!) no nos ayudan.

Viaje al centro de tu cerebro

Varios estudios científicos … sí, los de esas universidades estadounidenses que siempre nos dan material suculento (como que una copa de vino por día ayuda al corazón, o que ver deporte por televisión es bueno para la salud). ¡Gracias por tanto, Universidad de Massachusetts! 

En fin, varios estudios científicos demuestran que dormir entre 7 y 9 horas (para adultos; para niñxs y adolescentes, entre 9 y 11 horas) nos permite concentrarnos más, retener mayor cantidad de información y poder fijarla correctamente en nuestro cerebro.

Descanso en almohada y colchon calm

Siendo más rigurosxs, hay varios tipos de memoria que trabajan en el mente cada día. Primero, está la memoria semántica o fáctica, en la que se graban los “datos duros” como la capital de Chaco (¡RESISTENCIA!) o que cortó la mamá de nuestro querido Ricky Fort y nos dio uno de los mejores memes argentos (LA LOOZ). 

La memoria procedimental nos recuerda cómo hacer x cosa (andar en bici, cocinar un omelette, etc.), y la memoria emocional implica emociones grabadas, como el miedo o el asombro.

Para que todas estas memorias funcionen correctamente, hay tres procesos que se tienen que dar. Primero, está la adquisición de nueva información o nuevas experiencias; después viene la capacidad de recordar eso que aprendiste o qué pasó en el día (que la memoria pueda acceder a ese recuerdo, como en un Blockbuster cuando ibas a agarrar el VHS del estante).

Por último, la consolidación. Esto sucede entre los dos procesos anteriores, cuando tu memoria guarda, etiqueta y archiva (de nuevo, como un videoclub) las cosas en tu cerebro.

Chica durmiendo tapada con soábanas

Dormir bien = aprender mejor

Todo bien.. pero, ¿qué tiene que ver el sueño con todo esto? Básicamente, si no dormís las horas suficientes, es más difícil que puedas adquirir nuevos saberes o experiencias, y ni hablar de recordarlas cuando lo necesites.

Sin embargo, la posta está acá: imaginate a tu memoria como quien está a cargo del videoclub (o de una biblioteca, lo que más te guste). Durante el día atiende gente y está a mil; recién a la noche, con el local cerrado y con tranquilidad, puede ponerse a acomodar todo y a categorizar las nuevas películas que entraron.

¿Ya vas entendiendo mejor? Es mientras dormimos que nuestro cerebro consolida lo vivido y aprendido durante el día, organizándolo y clasificándolo en nuestros estantes mentales.

El momento más productivo

Pasamos por varias fases al dormir: una de las más importantes es la REM (movimientos rápidos de los globos oculares), en donde la actividad cerebral es muy alta y durante la cual nuestro cerebro reproduce las experiencias que vivimos en el día (parte de la consolidacón).

estantes biblioteca

Según el profesor inglés Jakke Tamminen,  en otra etapa llamada de ondas lentas (SWS), nuestra mente categoriza y guarda recuerdos  para que queden grabados y organizados en nuestra “biblioteca” mental. También, en esta etapa se desechan los que no sirven (por eso podés no acordarte qué comiste ayer y no pasa nada).

Por todo esto, es importante dormir entre 7 y 9 horas: alcanzar el sueño profundo permite que nuestra memoria pueda completar sus tres procesos (adquisición, recuerdo, consolidación) de manera correcta y con el tiempo necesario. ¡A mimir se ha dicho!

PD: como verán, ese mito urbano de “dormir escuchando resúmenes te ayuda a memorizar” no tiene mucho sentido y es un engaño, así como tampoco vamos a despertarnos sabiendo inglés por escuchar el nuevo disco de Dua Lipa en repeat mientras soñamos (¡pucha!).

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Medidas de colchones: la guía comparativa

medidas de colchones

Hablemos de tamaño

Más allá de tus preferencias personales, hay varios factores a tener en cuenta antes de elegir el tamaño de un colchón: ¿Qué tan grande es tu dormitorio? ¿Compartís la cama con tu pareja o tus mascotas? ¿Preferís tener lugar para tus actividades del día a día o priorizás el espacio para dormir?

Te mostramos los seis tamaños de colchones más comunes para ayudarte a encontrar la medida del colchón perfecto para vos.

medidas de colchones

Dimensiones de los 6 tamaños mas usados

1 plaza
80 x 190 cm
1 y 1/2 plaza
100 x 190 cm
2 plazas
140 x 190 cm
Queen
160 x 200 cm
King
180 x 200 cm
Superking
200 x 200 cm

1 plaza: 80 x 190 cm

¿Qué decir del colchón más chiquito y práctico de todos? Su tamaño compacto lo hace ideal para niñxs y adultxs solterxs, o para  cualquier habitación en la que quieras hospedar a alguien.

¿Te estás mudando a un monoambiente y necesitás optimizar el espacio? La respuesta es una plaza. ¿Te armaste tu tan deseada oficina en otra habitación, pero igual querés recibir a tu amigx o familiar que viene a pasar el finde a tu ciudad? Una plaza es el tamaño ideal para vos.

Colchón Calm 1 plaza

Plaza y 1/2: 100 x 190cm

Cumple básicamente la misma función que el de una plaza y con beneficios similares. Pero tiene ese plus de 20 cm que hace que puedas estirarte un poco más, o que duermas más cómodx con tu mascota chiquita o mediana al lado. Claro que, si tenés un Gran danés, no estaría siendo el mejor tamaño…

2 plazas: 140 x 190 cm

Es como aprender a tomar vino, un pasaporte de entrada  a la vida adulta. Si te estás mudando solx por primera vez, o decidiste convivir con tu pareja, y querés algo más bien cómodo pero adaptable a un departamento de dos ambientes, el colchón de 2 plazas es la que va. 

De todas maneras, vale aclarar que no es la mejor opción para compartir con tus mascotas. Y tampoco si tenés  hijxs que vienen a dormir con vos en la madrugada porque Pepa Pig les dio pesadillas.

colchón calm en caja

Queen: 160 x 200 cm

El Queen es la reina indiscutida de los colchones, el hit que no  falla jamás. ¿Qué mejor que poder desparramarte y dar vueltas por toda la cama, sin dejar la mitad de tu cuerpo afuera o sin molestar a tu pareja?

Además es ideal para brunchear en tu cuarto un domingo viendo Netflix. Eso sí,  lo recomendamos para habitaciones de 9 metros cuadrados mínimo.

Colchón calm

King: 180 x 200 cm

20 cm más pueden hacer la diferencia. Si con el Queen tenías amplitud, con el King tenés total independencia de lechos. Nadie te molesta, no molestás a nadie. Negocio redondo.

Ideal si querés un colchón grande pero sin ocupar tanto espacio de tu habitación.

Super King: 200 x 200 cm

Ni el mismísimo Pitágoras pudo imaginarse un cuadrado tan perfecto: 2 metros de suavidad por 2 metros de lujo. Es la medida perfecta para que entres vos, tu pareja, tus mascotas, tus hijxs, gachi, pachi, y hasta la reina de Inglaterra.

Atenti, para tener un colchón king necesitas un buen dormitorio principal, preferentemente de al menos 12 metros cuadrados.

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¿Qué posición es mejor para dormir?

Soporte del colchón de espuma: dos personas acostadas

Imaginate poder caminar varios kilómetros mientras dormís, o nadar relajadx por el mar mientras te echas una linda siesta. Algunos animales, por más inverosímil que parezca, pueden hacerlo. Nosotrxs lamentablemente no (o no tan lamentable: la cama es un buen lugar después de todo). 

Los seres humanos tenemos prácticamente una sola forma de dormir: acostadxs. Sí, podés quedarte dormidx en el bondi volviendo de trabajar, pero en condiciones normales lo hacemos en nuestras camas.

Sin embargo, dentro de esa costumbre hay un rango relativamente amplio de posiciones, y como podrás imaginar,  algunas son mejores que otras.

Soporte del colchón de espuma: dos personas acostadas

En sus posiciones.. listxs... ¡a dormir!

Todxs tenemos nuestra posición favorita, o una forma de acomodarnos que hace que nos durmamos más rápido o más cómodxs. A veces puede ser porque es la que mejor le hace a nuestro cuerpo, pero otras puede jugarte en contra y generarte dolores musculares o problemas para respirar.

La posición fetal (acurrucada de costado) es una de las más comunes: 4 de cada 10 personas duermen así, según el profesor y experto en sueño Chris Idzikowski.

Dato de color: es dos veces más común en mujeres que en hombres. Dormir así ayuda a evitar dolores cervicales y de espalda, además de permitirte respirar mejor y disminuir los ronquidos (si querés saber por qué roncamos y cómo evitarlo, entrá acá).

Cerca del 15% prefiere dormir en una posición de “tronco” (de costado y a lo largo, con los brazos estirados). Es la más recomendada para transitar el embarazo o si tenés acidez o reflujo (en ese caso, hacelo del lado izquierdo).

Es clave tener una buena almohada para que tu cabeza quede alineada con las vértebras, y evitar esta posición si tenés algún problema en el hombro (del lado en el que dormís).

Prueba en casa

Zona de riesgo

A lxs que duermen boca arriba con los brazos a los costados (8% de la población) se les suele llamar “soldados”. Son esas personas que cuando las ves acostadas no sabés si están meditando, en medio un viaje astral o son vampíros.

Es ideal si solés tener dolores de cuello o espalda, porque no hacés presión extra sobre ninguna de estas partes y pueden estar perfectamente alineadas y en reposo. 

Atenti, si roncás mucho o tenés apnea de sueño, mejor evitala (en especial si dormís con alguien al lado). Las vías respiratorias pueden obstruirse un poco y aumentar la potencia del ronquido o las interrupciones de la respiración.

También están lxs que duermen (increíblemente) boca abajo, quienes suman el 7%, según el experto Chris Idzikowski. Sea con los brazos a los costados, o abajo de la almohada, esta posición es la menos recomendable de todas.

La presión que se ejerce sobre el cuello es muy grande y puede generar tendinitis, lumbalgias  y cervicalgias, entre otras cosas no muy placenteras. Está completamente desaconsejada para lxs recién nacidxs, y básicamente para cualquiera que no quiera vivir con el cuello duro. 

Chica durmiendo tapada con soábanas

And the winner is…

Como verás, no hay un ranking absoluto de las mejores posiciones, sino que depende mucho de tus necesidades y de tu cuerpo. Si roncás, dormir boca arriba no va a ser lo mejor, pero ayuda mucho a descansar el cuello y los hombros.

 Prestá atención a cómo dormis y, sobre todo, a cómo te levantas. En base a eso podés elegir la mejor posición, o ir variando hasta encontrar la que te haga sentir mejor.

 Escuchá a tu cuerpo, que sabe lo que dice.

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¿Por qué roncamos?

Descanso sábanas

Sabemos lo desesperante que puede ser que tu pareja o compañerx de cuarto ronque. Es como tener una construcción al lado y que estén meta martillo y taladro mientras dormís.

Sobre todo para lxs que tienen el sueño liviano, el ronquido es una pesadilla. Altera el sueño y hace que te despiertes cansadx y de mal humor. Pero, ¿qué es lo que causa este sonido tan maldito? Y lo más importante: ¿cómo lo paramos?

Somos mucho más que dos...

Empecemos por la buena noticia: el o la roncadora que te atormenta no está solx. Roncar es más común de lo que creemos, y no estamos hablando solo de tu tix que se queda dormido en las fiestas de fin de año.

Es verdad que los hombres adultos (40-60) y mayores forman el grupo de roncadores más grande. Pero también es cierto, según las estadísticas, que el 30% de personas mayores de 30 años roncan, y un tercio son mujeres.

Chica durmiendo tapada con soábanas

¿Qué son los ronquidos?

Al dormir, el aire que inhalamos y exhalamos pasa a través de nuestras vías respiratorias. Cuando los músculos de las vías respiratorias se relajan demasiado durante el sueño, el flujo de aire hace que vibren. Así nace el tan problemático ronquido. 

La razón por la que las personas mayores roncan más está en que la tonicidad muscular gradualmente se pierde con la edad y afecta a todas las partes del cuerpo, incluida obviamente la garganta. Pero no se limita a gente grande.

Puede haber otras causas o agravantes como las alergias, congestiones nasales, amígdalas y adenoides inflamadas (especialmente en los chicxs), tabaquismo y obesidad. Incluso algunos medicamentos, como relajantes musculares y pastillas para dormir influyen.

Las personas embarazadas, lxs que vuelven de una noche larga de fiesta o  que comieron muy pesado durante la cena, también pueden ser víctimas del ronquido.

no de nuevo decía, meme

Además, puede tener origen en la anatomía de cada unx. Un tabique desviado, una lengua o campanilla más grande de lo normal,  o un paladar grande son suficientes para hacer que ronques como una orquesta en pleno concierto.

Y si a alguno de estos factores le sumás  una cena pesada o una noche de fiesta intensa, puede que hasta tus vecinxs te escuchen.

SOS, no puedo dormir

Lo primero es analizar qué tan grave es la situación. Todo el mundo ronca a veces. Pero si los ronquidos son crónicos y especialmente si van acompañados de respiración irregular, conviene hacer un estudio integral para asegurarte de que no haya trastornos del sueño, como una apnea obstructiva.

Con el chequeo hecho y alguna condición más compleja descartada, podemos empezar a buscar soluciones. Lxs especialistas recomiendan

  • Hacer más actividad física. Ayuda a combatir el insomnio, los ronquidos y las apneas. 
  • No ejercitar de noche. Hacé actividad física máximo hasta tres horas antes de dormir. 
  • No dormir boca arriba. Esto hace que los músculos estén más relajados y sea más probable roncar. La mejor forma de evitarlo es dormir de costado.
Persona durmiendo en colchón calm
  • Cenar liviano. Evitá carnes, fritos y cualquier comida muy pesada.
  • No comer e irse a dormir. Lo mejor es dejar pasar tres horas entre que terminás  la cena y te acostás.

En Argentina cenamos tan tarde que esto a veces se complica. Podés probar de adelantar el horario de la comida  y ver si los ronquidos mejoran.

Olvidate de todos esos aparatos extraños que ves en el folleto del supermercado o que te cruzás por Mercado Libre. No suelen ser muy efectivos (pero sí bastante caros). 

Es importante no despertar a la persona que ronca. De por sí ya duerme entrecortado, y si encima lx movés para que pare o se despierte, es peor. En cambio, podés probar con unos buenos tapones de silicona y de paso dormís mejor vos también.

Por último, en el caso más grave donde nada de todo lo que te dijimos funciona, pueden probar dormir en habitaciones separadas. Dormir separadxs y descansar como corresponde va a ser mucho mejor, a corto y largo plazo, que dormir juntxs pero mal.