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¿Cómo dormimos lxs argentinxs?

Colchón Calm en Hora Mágica

Sabemos a cuánto está el dolar y cómo se hace el dulce de leche. Sabemos quién fue Gardel, cómo hacer empanadas y con qué mano el Diego le metió un gol a los ingleses. Pero poco sabemos sobre cómo dormimos lxs argentinxs.

En Calm nos propusimos una meta: revolucionar la industria dormida del sueño. Y para eso, necesitábamos saber cómo son y qué beneficios beneficios y problemas traen nuestros hábitos como sociedad al dormir.

Sumándonos al movimiento iniciado en el 2008 por la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM), en Marzo del 2021 hicimos una encuesta federal para conocer en profundidad cómo es el sueño argentino. Desde Ushuahia a la Quiaca, desde los Centennials hasta nuestrxs abuelxs, recopilamos toda la información y acá te contamos lo que descubrimos.

Colchón Calm en Hora Mágica

Mal dormidxs

Según la OMS, el 45% de la población mundial padece trastornos del sueño que amenazan su salud y calidad de vida, y descubrimos que no somos la excepción. 

8 de cada 10 argentinxs duerme menos de las 8 horas recomendadas por la Organización mundial de la salud. 

Como podrás imaginar, esto trae consecuencias bastante negativas para nuestra salud, memoria y para nuestro desempeño laboral. Esto sin mencionar que nos vuelve irritables, nos pone de mal humor e incrementa las probabilidades de sufrir ansiedad y depresión. Si querés saber más sobre la relación entre sueño y salud mental, podés entrar acá.

Lo más grave es que esta tendencia parece empeorar con el tiempo: hace 30 años dormíamos en promedio dos horas más que hoy. No queremos ser alarmistas ni mucho menos, pero este es un problema al que no le damos la importancia suficiente como sociedad. 

Como si esto fuese poco, la incertidumbre generalizada que generó la pandemia empeoró nuestra calidad de sueño.

¿Por qué dormimos mal?

Según los especialistas, la sobreexposición a las pantallas después de las 23hs es perjudicial para la salud en tanto impide un descanso saludable. Sin embargo, según nuestra encuesta, el 51% de lxs argentinxs usa el celular para consumir contenido en redes sociales antes de dormirse.

Nota mental: no colgar hasta las 3 am viendo memes.

Chica durmiendo en la comodidad de su cama, escuchando música

La mayoría de nuestras actividades son a la mañana y a la tarde. Si querés dormir 8 horas y tener un día productivo habiendo descansado bien, deberías acostarte como muuuy tarde a las 00 hs.

Como podrás imaginar, el 70% de las personas que respondieron la encuesta declaró dormirse después de la medianoche

Con solo ver el prime time argentino te das cuenta: los programas más vistos empiezan 22:30 y terminan pasadas las 00hs. Ya sabemos que no está bueno ver pantallas antes de acostarse. El riesgo de no poder dormirte después crece exponencialmente. 

Y adiviná si mucha gente tiene insomnio… El 29% de lxs argentinxs  declaró sufrir este trastorno y un 10% dijo que toma medicamentos al menos una vez por mes para conciliar el sueño.

Dulces, dulces sueños

Además de los problemas de concentración y los efectos negativos en nuestra salud mental, dormir mal nos vuelve propensxs a padecer hipertensión, obesidad, envejecimiento prematuro y estrés.

Persona durmiendo en colchón calm

Pero, por suerte, hay muchas cosas a nuestro alcance para poder dormir mejor y evitar los problemas que venimos mencionando. Los 10 consejos de la Asociación Mundial del sueño para descansar bien son:

  1. Fijá un horario para dormir y para levantarte (y respetalos todo lo que puedas).
  2. La siesta no debe excederse de los 45 minutos. Esto evida que te levantes peor de lo que estabas, sin saber ni dónde estás paradx.
  3. Evitá fumar y tomar mucho alcohol 4 horas antes de acostarte.
  4. No consumas cafeína 6 horas antes de acostarte. Esto incluye café, mate, gaseosas y chocolate.
  5. Evitá las comidas pesadas, picantes o con mucha azúcar 4 horas antes de acostarte.
  6. Hacé ejercicio con regularidad, pero no a la noche previo a dormirte.
  7. Usá ropa de cama cómoda (regalate ese pijama suavecito que tanto querés).
  8. Encontrá la temperatura justa para dormir y mantené la habitación bien ventilada.
  9. Bloqueá todos los ruidos molestos y eliminá la mayor cantidad de luz posible.
  10. Usá la cama para dormir y tener relaciones. Intentá no usarla como oficina o para pasar el rato (no, tampoco vale ver series en la notebook).

Ahora ya sabés cómo evitar ser parte de lxs argentinxs que duermen mal. Y si todavía aspirás a más y querés ser de lxs que mejor descansan, te damos el último secreto: un colchón Calm 😉.

 

*La encuesta fue realizada vía mail por Calm a 1600 personas con representación en todas las provincias del país entre 13 a 75 años.

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¿Cuándo deberías cambiar tus sábanas viejas?

Durmiendo en cama calm

Hay dos tipos de personas en lo que a sábanas se refiere (mentira, hay miles, pero las clasificaciones extremistas son más divertidas). Por un lado, tenemos a las que guardan hasta las sábanas de la infancia con estampados de Mickey o diseños noventosos pasados de moda, o quienes mantienen -con mucho amor- ese primer juego que se compraron junto con el colchón allá lejos y hace tiempo.

Si cuando las pagaste, te salieron más baratas de lo que hoy cuesta un alfajor en el quiosco, estamos hablando de vos. 

Por otro lado, están quienes buscan constantemente en internet el último modelo con los colores más cancheros y con la mayor cantidad de hilos, y que cambian las que tienen cada dos por tres. Son esas personas que cuando vas a su casa, te muestran sus nuevas sábanas con orgullo y te hacen tocarlas para que sientas lo suaves que son (digamos todo, siempre es la cama en la que quisieramos dormir).

Durmiendo en cama calm

Yendo a un terreno un poco más medido, encontramos el punto justo en el que deberíamos reemplazar nuestras sábanas. Al primer grupo (lxs apegadxs a sus sábanas viejas) les decimos con mucho pesar que, aunque el juego que tengan sea un modelo premium de 5 millones de hilos, no van a poder dejarlas como herencia a sus hijxs.

Y al otro grupo, que simplemente no hace falta cambiarlas cada un año (mejor, comprense una linda almohada; guiño, guiño)

Las sábanas de buena calidad están hechas para durar

Las buenas sábanas no tienen fecha de vencimiento: si las lavás regularmente y las cuidás (como a esa polera de morley que tanto amás), deberían durarte unos buenos años y seguir pareciendo nuevas.

No hay necesidad de cambiarlas basándose en el tiempo que tienen. Si se ven bien, no están manchadas y cuando te acostas siguen sintiéndose suaves, están para quedarse.

Chica durmiendo tapada con soábanas

Todo tiene un final, todo termina...

Decirle chau a algo que nos acompañó durante tanto tiempo siempre es difícil, pero no por eso menos necesario. ¿En qué momento hay que dejar ir a nuestras nobles sábanas?

Cuando es evidente que el desgaste del uso y de los años hizo efecto: la tela se vuelve más fina, amarillenta, y se destiñó tanto que es imposible decir de qué color fueron originalmente. ¿Se sienten como una remera vieja y áspera cuando te acostás? Chau, chau, adiós…

Cómo cuidar tus sábanas (y qué hacer cuando no dan para más)

Si las tratás bien,  te lo van a retribuir durante mucho tiempo. Lavalas en agua tibia o en ciclos fríos, y con ropa del mismo color. Idealmente, deberías tener 2 o 3 juegos para alternarlos de forma regular; así vas a poder extender la vida útil de cada sábana.

cama recién hecha, sabanas tirantes, almohada calm

Ahora bien, en el momento en el que veas que ya no cumplen su función como deberían (no te envuelven con suavidad al dormir), es hora de darles un nuevo uso. Si todavía están en un estado aceptable, ¡donalas!, a alguien siempre le van a venir bien.

Pero, si no es así, podés llevarlas a un refugio de animales (muchos usan sábanas y toallas viejas para cubrir las jaulas y para limpiar); podes usarlas para limpiar objetos delicados, o para que tus hijxs/sobrinos, o chicxs que conozcas, puedan jugar a armar fuertes y habitaciones secretas (mientras más grandes las sábanas, más divertido).

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¿Cada cuánto tiempo deberías lavar tus sábanas?

Chica durmiendo tapada con soábanas

¿Cuál es el lugar en el que te sentís más segurx? ¿El lugar donde te aislás del mundo exterior y podés estar tranquilx como cuando tenías 5 años? Seguramente respondas que es tu casa, o tu habitación si vivís en familia; pero si pensás un poco más, vas a llegar a una respuesta bien específica: tu cama

¿No es tu cama el lugar en donde te tirás a escuchar música cuando te hartás de todo y necesitás un rato de paz? O esas noches en las que la oscuridad de tu cuarto se vuelve algo terrorífica y te acordás de una historia que te da miedo, ¿no son tus sábanas las que te protegen, cual muralla, de cualquier espíritu o mal nocturno?

Chica durmiendo en la comodidad de su cama, escuchando música

No es para asustarte, pero tal vez el coco… ¡el coco está en la casa! O mejor dicho (y hablando en serio), tu cama puede no ser exactamente el lugar más seguro de todos.

Despreocupate que no hablamos de espíritus ni nada parecido; nos referimos a tus sábanas. Aunque se vean impecables y limpitas, y no tengan ningún olor raro; aunque vos no tengas ni mascota ni alergias y no hayas transpirado una gota mientras dormías, tenemos noticias no muy buenas (y bastante desagradables de hecho).

ama desarmada con sábanas arrugadas

Huéspedes inesperados

Como decíamos, por más de que las sábanas parezcan impolutas, en ellas viven miles de ácaros, que se alimentan a su vez de las (¡50!) millones de células muertas que una persona desprende cada día (en un año suman 4 kg 😦). Si lo pensás bien, esto quiere decir que nunca dormís solx… pero no nos vayamos de tema. 

Como si lo primero no fuera poco, también está el polen que flota en el aire y se acumula en las sábanas, las bacterias que los ácaros generan, el polvo y suciedad que traemos de la calle, la caspa y pelos de nuestras mascotas, y la lista sigue y sigue… Tu cama es, a nivel microscópico, un nido de bacterias que puede traerte problemas de salud si no la mantenés correctamente. Pero a no desesperar, que estamos acá para decirte todo lo que necesitás saber.

Cama Calm

¿Cuánto es mucho tiempo sin lavar las sábanas?

Pasamos un tercio de nuestra vida en la cama; otra razón más por la que deberíamos poner especial atención en la higiene de nuestra habitación. Las sábanas son, literalmente, la ropa que nos viste durante todo ese tiempo de vida. ¿Usarías una remera por dos meses sin lavarla? ¿Y una prenda interior? 

Obvio que hay tantas respuestas como personas en el mundo. Imaginate que, en una encuesta hecha en Inglaterra, el 3% de la población dijo que lava sus sábanas cada un año… Después de todo lo que hablamos, es evidente que no es la mejor frecuencia de lavado (los ácaros ya armaron prácticamente una civilización en tu cama después de tanto tiempo). Pero no todos los ingleses son así, el 55% respondió que lo hace una vez por semana (spoiler alert, están en lo correcto).

La posta es limpiar las sábanas cada una semana, o cada dos si es invierno, te acostás después de bañarte, y no tenés mascotas ni alergias.  Sabemos que la vida actual hace difícil mantener un régimen muy estricto de limpieza, y que es muy fácil colgarse y dejar las sábanas puestas por más tiempo. Pero creenos, tus pulmones y tu piel te lo van a agradecer.

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El vínculo entre el sueño y la salud mental

Persona acostada sobre colchón calm,

¿Cuántas veces te levantaste habiendo dormido mal y poco, creyendo que una buena taza de café o un litro de mate podrían salvarte el día? No está en discusión que la cafeína nos ayuda a estar más atentxs y despiertxs, pero nunca va a poder reemplazar una buena noche de sueño. Y  tampoco evita otros problemas que pueden aparecer.

No descansar el tiempo suficiente tiene consecuencias mucho más graves que sentirte cansadx o irritable todo el día.

El panorama actual no es muy alentador en este sentido: un estudio del CONICET y del Observatorio de la Deuda Social de UCA confirma que el 14,22% de lxs argentinxs duerme mal. Como si esto fuera poco, se demostró que dormimos 2 horas menos que hace 30 años y que el 22% de nuestrxs compatriotas padece de somnolencia.

Sumado al hecho de que debilita nuestro sistema inmunológico y genera daños a largo plazo (presión arterial alta, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular), no dormir entre 7 y 9 horas por día puede ser muy perjudicial para nuestra salud mental.

Persona acostada sobre colchón calm,

No negocies tu sueño

El profesor de psicología y especialista en sueño Jakke Tamminen comenta que durante el sueño se dan ciertos procesos mentales que ayudan a fijar nuestros recuerdos y almacenarlos en la memoria.

Es cuando dormimos que procesamos la información adquirida durante todo el día, y alterar este proceso tiene efectos directos en nuestra salud mental.

Si dormimos mal constantemente, aumentan las probabilidades de tener depresión, ansiedad y que nuestra estabilidad emocional sea como un samba en pleno verano costero.

Cuando dormimos, pasamos por diferentes ciclos de sueño de 90 minutos, a los que podemos dividir en dos partes: la REM (movimiento ocular rápido) y la no REM, que en su mayor parte corresponde a un período llamado SWS (de ondas lentas).

El sueño profundo se da en la segunda, ayudando a nuestro sistema inmunológico y a nuestros proceso cognitivo. En la fase REM (si ves a alguien durmiendo y sus ojos se mueven rápido, está en esa etapa) es en la que soñamos y profundizamos en el aprendizaje y en nuestras emociones.

Entonces, dormir bien significa pasar varias veces por estas etapas (en 8 horas deberíamos pasar mínimo por 5 de estos ciclos naturales). El problema surge cuando los interrumpimos: no alcanzamos un sueño profundo, aumentamos la producción de hormonas que generan el estrés y nuestra capacidad para manejar las emociones disminuye.

descanso almohada calm

Y es ahí que aparece la irritabilidad, el mal humor y los pensamientos fatalistas o trágicos (si tu tendencia natural es al drama, ya sabés que dormir bien es el mejor antídoto).

¿El huevo o la gallina?

¿Tenés ansiedad y desgano porque dormiste mal? ¿O no podés relajarte y dormir profundo porque tu cabeza va a mil y tenés pensamientos negativos?

Es un hecho,, la salud mental y el dormir forman un circuito que no puede dividirse. La calidad del sueño influye directamente en tu salud mental, así como ciertas patologías pueden hacer que te cueste dormir a la noche. 

Según el Instituto del sueño, el 80% de los pacientes con depresión  ve afectadas tanto la cantidad como la calidad de su sueño. El problema más frecuente es el insomnio, haciendo difícil conciliar el sueño o, una vez que se consigue dormir, mantenerlo en el  tiempo.

Lo mismo sucede con la ansiedad: a veces no nos deja dormir y eso nos vuelve más ansiosxs todavía,  haciendo que durmamos peor y que puedan aparecer síntomas de depresión.

Un círculo no vicioso

Si nos esforzamos por dormir mejor nuestra salud mental va a mejorar, y viceversa. Lógicamente, es más fácil e inmediato empezar por el sueño, pero ambos son igual de importantes.

Chico recostado en su colchón calm, jugando

Intentá generar buenos hábitos que te ayuden antes y a la hora de acostarte. En el mundo hiperconectado, acelerado y lleno de pantallas en el que vivimos, esto implica tiempo y esfuerzo. Pero lo bien que te vas a sentir (física y mentalmnte) no tiene comparación. Las claves para dormir bien son

  • Acostarse a la misma hora todos los días.
  • No tomar cafeína (café, mate, gaseosas) a la noche.
  • Evitar el alcohol y las comidas pesadas antes de dormir.
  • No ver ninguna pantalla por lo menos una hora antes de acostarte.

Si lo que más te preocupa es tu bienestar mental, o si los problemas no mejoran, siempre es recomendable consultar a un especialista (psicólogx, medicx especialista en sueño, psiquiatra). 

En concreto, hay muchísimos tratamientos para el insomnio, y el acompañamiento en otras patologías como ansiedad o depresión te van a ayudar a estar mejor.

A dormir bien se ha dicho.

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¿Qué posición es mejor para dormir?

Soporte del colchón de espuma: dos personas acostadas

Imaginate poder caminar varios kilómetros mientras dormís, o nadar relajadx por el mar mientras te echas una linda siesta. Algunos animales, por más inverosímil que parezca, pueden hacerlo. Nosotrxs lamentablemente no (o no tan lamentable: la cama es un buen lugar después de todo). 

Los seres humanos tenemos prácticamente una sola forma de dormir: acostadxs. Sí, podés quedarte dormidx en el bondi volviendo de trabajar, pero en condiciones normales lo hacemos en nuestras camas.

Sin embargo, dentro de esa costumbre hay un rango relativamente amplio de posiciones, y como podrás imaginar,  algunas son mejores que otras.

Soporte del colchón de espuma: dos personas acostadas

En sus posiciones.. listxs... ¡a dormir!

Todxs tenemos nuestra posición favorita, o una forma de acomodarnos que hace que nos durmamos más rápido o más cómodxs. A veces puede ser porque es la que mejor le hace a nuestro cuerpo, pero otras puede jugarte en contra y generarte dolores musculares o problemas para respirar.

La posición fetal (acurrucada de costado) es una de las más comunes: 4 de cada 10 personas duermen así, según el profesor y experto en sueño Chris Idzikowski.

Dato de color: es dos veces más común en mujeres que en hombres. Dormir así ayuda a evitar dolores cervicales y de espalda, además de permitirte respirar mejor y disminuir los ronquidos (si querés saber por qué roncamos y cómo evitarlo, entrá acá).

Cerca del 15% prefiere dormir en una posición de “tronco” (de costado y a lo largo, con los brazos estirados). Es la más recomendada para transitar el embarazo o si tenés acidez o reflujo (en ese caso, hacelo del lado izquierdo).

Es clave tener una buena almohada para que tu cabeza quede alineada con las vértebras, y evitar esta posición si tenés algún problema en el hombro (del lado en el que dormís).

Prueba en casa

Zona de riesgo

A lxs que duermen boca arriba con los brazos a los costados (8% de la población) se les suele llamar “soldados”. Son esas personas que cuando las ves acostadas no sabés si están meditando, en medio un viaje astral o son vampíros.

Es ideal si solés tener dolores de cuello o espalda, porque no hacés presión extra sobre ninguna de estas partes y pueden estar perfectamente alineadas y en reposo. 

Atenti, si roncás mucho o tenés apnea de sueño, mejor evitala (en especial si dormís con alguien al lado). Las vías respiratorias pueden obstruirse un poco y aumentar la potencia del ronquido o las interrupciones de la respiración.

También están lxs que duermen (increíblemente) boca abajo, quienes suman el 7%, según el experto Chris Idzikowski. Sea con los brazos a los costados, o abajo de la almohada, esta posición es la menos recomendable de todas.

La presión que se ejerce sobre el cuello es muy grande y puede generar tendinitis, lumbalgias  y cervicalgias, entre otras cosas no muy placenteras. Está completamente desaconsejada para lxs recién nacidxs, y básicamente para cualquiera que no quiera vivir con el cuello duro. 

Chica durmiendo tapada con soábanas

And the winner is…

Como verás, no hay un ranking absoluto de las mejores posiciones, sino que depende mucho de tus necesidades y de tu cuerpo. Si roncás, dormir boca arriba no va a ser lo mejor, pero ayuda mucho a descansar el cuello y los hombros.

 Prestá atención a cómo dormis y, sobre todo, a cómo te levantas. En base a eso podés elegir la mejor posición, o ir variando hasta encontrar la que te haga sentir mejor.

 Escuchá a tu cuerpo, que sabe lo que dice.

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¿Por qué roncamos?

Descanso sábanas

Sabemos lo desesperante que puede ser que tu pareja o compañerx de cuarto ronque. Es como tener una construcción al lado y que estén meta martillo y taladro mientras dormís.

Sobre todo para lxs que tienen el sueño liviano, el ronquido es una pesadilla. Altera el sueño y hace que te despiertes cansadx y de mal humor. Pero, ¿qué es lo que causa este sonido tan maldito? Y lo más importante: ¿cómo lo paramos?

Somos mucho más que dos...

Empecemos por la buena noticia: el o la roncadora que te atormenta no está solx. Roncar es más común de lo que creemos, y no estamos hablando solo de tu tix que se queda dormido en las fiestas de fin de año.

Es verdad que los hombres adultos (40-60) y mayores forman el grupo de roncadores más grande. Pero también es cierto, según las estadísticas, que el 30% de personas mayores de 30 años roncan, y un tercio son mujeres.

Chica durmiendo tapada con soábanas

¿Qué son los ronquidos?

Al dormir, el aire que inhalamos y exhalamos pasa a través de nuestras vías respiratorias. Cuando los músculos de las vías respiratorias se relajan demasiado durante el sueño, el flujo de aire hace que vibren. Así nace el tan problemático ronquido. 

La razón por la que las personas mayores roncan más está en que la tonicidad muscular gradualmente se pierde con la edad y afecta a todas las partes del cuerpo, incluida obviamente la garganta. Pero no se limita a gente grande.

Puede haber otras causas o agravantes como las alergias, congestiones nasales, amígdalas y adenoides inflamadas (especialmente en los chicxs), tabaquismo y obesidad. Incluso algunos medicamentos, como relajantes musculares y pastillas para dormir influyen.

Las personas embarazadas, lxs que vuelven de una noche larga de fiesta o  que comieron muy pesado durante la cena, también pueden ser víctimas del ronquido.

no de nuevo decía, meme

Además, puede tener origen en la anatomía de cada unx. Un tabique desviado, una lengua o campanilla más grande de lo normal,  o un paladar grande son suficientes para hacer que ronques como una orquesta en pleno concierto.

Y si a alguno de estos factores le sumás  una cena pesada o una noche de fiesta intensa, puede que hasta tus vecinxs te escuchen.

SOS, no puedo dormir

Lo primero es analizar qué tan grave es la situación. Todo el mundo ronca a veces. Pero si los ronquidos son crónicos y especialmente si van acompañados de respiración irregular, conviene hacer un estudio integral para asegurarte de que no haya trastornos del sueño, como una apnea obstructiva.

Con el chequeo hecho y alguna condición más compleja descartada, podemos empezar a buscar soluciones. Lxs especialistas recomiendan

  • Hacer más actividad física. Ayuda a combatir el insomnio, los ronquidos y las apneas. 
  • No ejercitar de noche. Hacé actividad física máximo hasta tres horas antes de dormir. 
  • No dormir boca arriba. Esto hace que los músculos estén más relajados y sea más probable roncar. La mejor forma de evitarlo es dormir de costado.
Persona durmiendo en colchón calm
  • Cenar liviano. Evitá carnes, fritos y cualquier comida muy pesada.
  • No comer e irse a dormir. Lo mejor es dejar pasar tres horas entre que terminás  la cena y te acostás.

En Argentina cenamos tan tarde que esto a veces se complica. Podés probar de adelantar el horario de la comida  y ver si los ronquidos mejoran.

Olvidate de todos esos aparatos extraños que ves en el folleto del supermercado o que te cruzás por Mercado Libre. No suelen ser muy efectivos (pero sí bastante caros). 

Es importante no despertar a la persona que ronca. De por sí ya duerme entrecortado, y si encima lx movés para que pare o se despierte, es peor. En cambio, podés probar con unos buenos tapones de silicona y de paso dormís mejor vos también.

Por último, en el caso más grave donde nada de todo lo que te dijimos funciona, pueden probar dormir en habitaciones separadas. Dormir separadxs y descansar como corresponde va a ser mucho mejor, a corto y largo plazo, que dormir juntxs pero mal.