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¿Cuánto café es demasiado?

Tazas con distintos cafés en círculo

Sabemos lo delicada que es esta cuestión: nadie quiere que le digan que tiene que dejar de tomar café, o que la cantidad que toma no es precisamente saludable. Pero alguien lo tiene que hacer.

Como dijo una sabia figura argentina, sobre las cartas la mesa, gente. Acá tienen toda la verdad, y nada más que la verdad, sobre cuál es la cantidad recomendada de café y qué consecuencias puede traernos su consumo excesivo

Por más trágico que suene, la sobredosis de cafeína existe. No significa que vayamos a terminar en un hospital o que haya riesgo de muerte (por suerte), pero tiene efectos poco agradables y bastante riesgosos para nuestra salud.

 Algo que deberíamos tener bien presente es que el consumo de cafeína no incluye sólo al café, sino que cuando tomamos mate o té, también la estamos consumiendo. Lo mismo con las gaseosas, los energizantes y hasta con algunos alimentos como el chocolate o las golosinas. Por eso, es importante analizar cuánta cafeína consumimos por día considerando todas estas cuestiones.

Tazas con distintos cafés en círculo

¿Cafeciiitooo?

Respondiendo a la pregunta del millón, según la FDA (algo así como la ANMAT estadounidense: gente que controla y regula las bebidas y alimentos) el límite diario son 400 mg, o 4 o 5 tazas de café por día.

Como cualquier dato duro, no hay que tomarlo como regla universal y absoluta: obviamente que si te tomas 4 tazas al hilo, no te va a hacer bien al cuerpo, por más de que no estés sobrepasando el límite. 

Además, cada cuerpo reacciona distinto a la cafeína, y según tu género, altura, peso y otros factores, ese número puede variar un poco. Lo importante es escuchar nuestro cuerpo y saber qué nos está diciendo.

Para eso, hay varios signos que te van a mostrar que ese frapuccino que te tomaste después del mate y de dos tazas de café fue demasiado, o que no deberías haber mezclado un litro de coca con dos porciones de torta y un cortado doble en el cumpleaños de tu amigx.

Acá van algunos de los efectos secundarios más comunes:

Ansiedad

Persona alterada, desvelada y ansiosa, meme teorías conspirativas

Si bien nos hace estar más alerta y despiertxs, la cafeína también dispara la producción de adrenalina, esa hormona que nos deja en un estado de peligro y cuasi paranoia. 

Si estás leyendo en la comodidad de tu casa, pero el ruido de un auto pasando a lo lejos se siente como una amenaza letal y tus ojos están abiertos de par en par, seguramente te pasaste de cafeína. Es una ansiedad que te genera nerviosismo, irritabilidad, taquicardia e inquietud.

Insomnio

Ironías de la vida: la cafeína  compensa una noche sin sueño para que puedas estar alerta durante el día. Y al mismo tiempo, puede hacer que no pegues un ojo la noche siguiente.

Esto se puede prevenir bastante fácil: intentá no tomar café en las 5 horas previas a acostarte (ni mate, podés guardarte las ganas para la mañana siguiente).

Persona acostada sobre colchón calm,

Problemas digestivos

Esto no es ninguna novedad: la cafeína funciona como un laxante suave que estimula los movimientos del intestino (si es un café negro, todavía más). Dicho eso, demasiada cafeína puede llevar el efecto laxante al extremo y generarnos dolor de panza y hasta diarrea.

 Y por si fuera poco, la falta de sueño (mencionada arriba) también influye en el malestar estomacal: todo un combo del mal que se puede evitar.

Otros efectos secundarios son: presión alta, fatiga, deshidratación y ganas de hacer pis frecuentes e intensas. Igual ¡bancá!, estamos enumerando posibles consecuencias del consumo excesivo (cual prospecto de medicamento: no es lo más alegre, pero hay que saberlo). 

Podés seguir tomando tu cortado doble con medialunas, o tu litro de mate diario sin problemas. Sólo tenés que estar atentx a las señales, y frenar si aparece alguno de los síntomas que enumeramos. 

Para cerrar con mejores noticias, hay incluso estudios que aseguran que tomar café disminuye el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca. Así que, entendé tus límites y andá a hacerte ese cafecito sin culpa.

 

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¿Por qué deberían dejarnos dormir siesta en el trabajo?

Chico recostado en su colchón calm, jugando

Dejemos algo bien en claro: dormir siesta no es indicador de vagancia. De hecho, en Argentina podríamos decir que es una costumbre nacional tan importante como tomar mate o ver fútbol. Y si eso no es argumento suficiente, hay evidencia científica que demuestra que la siesta trae beneficios para la salud y, escuchen bien empresas y empleadorxs… para el desempeño laboral. 

En Calm nos gusta pensar formas distintas de hacer las cosas, y para eso hay que investigar.  Por eso,  hicimos realizamos una encuesta sobre cómo duermen la siesta lxs argentinxs. El 98% de las personas encuestadas respondió que tiene el hábito incorporado de la siesta, y más de la mitad lo hace durante la semana.

Entonces, ¿por qué algo tan beneficioso y arraigado en nuestra cultura es ignorado completamente en la jornada laboral?

Persona durmiendo en colchón calm

Alerta: batería baja

Vivimos en una sociedad demandante y en constante movimiento. Trabajamos muchísimas horas y salimos para relajarnos y distendernos (descanso activo). Cuando finalmente vamos a acostarnos, le metemos un poquito más al trabajo (el celular es un arma de doble filo).

Es bastante probable que seamos la generación peor descansada de la historia, siendo un hecho corroborado que lxs argentinos dormimos dos horas menos que hace 30 años.

Según Daniel Vigo, investigador en CONICET, el 14.8% de los argentinos duerme menos de 6 horas por día (en su mayoría jóvenes y adultos que viven en ciudades grandes). El 14.22% dijo dormir mal y el 22 % padecer de somnolencia.

Efectivamente, esta somnolencia se mantiene en el trabajo y afecta la productividad y la atención, haciendo incluso que muchas veces lleguemos tarde.

Persona cubierta con sus sábanas

¿Alguien trajo cargador?

¿Qué haces cuando te sentís muy cansadx en el laburo? Te tomás un vaso gigante de café o un litro de mate, para recargar un poco de energía y terminar las tareas del día. Ya sabemos por experiencia propia que no siempre funciona. Tener que tomar cada vez más café o energizantes más fuertes tampoco debería ser la solución.

Un equipo de trabajo pasado de cafeína, con humores alterados y corriendo por los pasillos no es la situación ideal para ningún ambiente sano de trabajo (averiguá más sobre el consumo excesivo de cafeína y cuál es la cantidad recomendada acá).

Nuestra energía disminuye naturalmente después de almorzar, por el ciclo biológico del cuerpo humano. Si nos dejaran dormir una siestita (o Power nap) de 20 minutos en ese momento, las cosas serían mucho mejores y más fáciles.

Solución: carga rápida

La siesta no solo mejora nuestra salud (menos riesgo cardiovascular, se reduce la presión arterial), sino que el rendimiento y productividad aumentan. Qué fantástica, fantástica esta siesta.

Chico recostado en su colchón calm, jugando

Podemos mantener la concentración por más tiempo, nos volvemos más creativxs y, gol, podemos recuperar un poco de sueño si la noche anterior dormimos poco (sea porque maratoneamos en Netflix o por insomnio; acá no juzgamos).

Estas Power naps no deberían durar más de 30 minutos, para que no nos pasemos para el otro lado y volvamos a trabajar más cansadxs y desorientadxs que antes.

Por suerte, muchas instituciones en Argentina la están aplicando, incluyendo siestarios en sus oficinas o instalaciones. Los encontrás en la UADE, en la facultad de Arquitectura, diseño y urbanismo de la UBA, y hasta en las oficinas de Google en Puerto Madero.

En nuestra encuesta, más del 40% de lxs argentinxs dijo estar interesadx en este tipo de siestas, incluso en implementarlas en su trabajo. Así que animate, es un buen momento para acercarte a tu jefx, mostrarle este artículo y empezar a trabajar mejor con una buena siestita reparadora en la mitad del día.

Te aseguramos que todxs van a rendir más y con mejor humor, lo que se traduce en un clima laboral amigable y, finalmente, en más ventas o mejores resultados

Si nos organizamos, dormimos todxs…

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Dormir en pareja: ¿juntos o separados?

Soporte del colchón de espuma: dos personas acostadas

Hay un prejuicio que tenemos muy instalado como sociedad: si una pareja es feliz y todo va bien, ambxs duermen en la misma cama, pero si lo hacen en camas separadas, es porque algo no está funcionando. Como en Calm nos gusta romper paradigmas y pensar nuevas formas de hacer y de ver las cosas, nos preguntamos: ¿es realmente así?

Según un estudio realizado por The Better Sleep Council, el 26% de las parejas estadounidenses afirma dormir mejor por separado, y una de cada diez duerme directamente en habitaciones diferentes. Pero, al mismo tiempo, es innegable el placer de volver a tu casa después de un día agotador y acostarte en tu cama abrazadx a tu pareja, o dormir cucharita en una noche helada de invierno con la lluvia golpeando contra la ventana. 

colchón calm en caja

¿Compartir o no compartir? Esa es la cuestión.

¿Tu pareja ronca o sus movimientos no te dejan dormir?

Estas son condiciones más bien físicas y externas: parecería que no hay mucho que hacer para solucionarlas. A no desesperar, que siempre hay alguna alternativa. Si ronca, pedile a tu pareja que vaya a revisarse a un/a medicx para detectar el problema y así poder alivianar la cuestión. 

Si se mueve mucho, pueden elegir un colchón de espuma de alta densidad para que absorba todos los movimientos y ni te enteres de que está ahí (en Calm tenemos los mejores 😉). Ojo, también puede ser que el tamaño de colchón que tengan no sea el ideal (acá te ayudamos a elegir la medida perfecta para vos).

Soporte del colchón de espuma: dos personas acostadas

¿Te molestan sus hábitos cuando se acuestan?

¿Tu novix se acuesta en la madrugada y te despierta cada noche, mientras vos estás estás en el quinto sueño? ¿Te quedás leyendo discusiones eternas y desproporcionadas en Twitter, con la luz del celular iluminando toda la habitación? O peor, te reís a carcajadas viendo memes mientras tu pareja intenta dormir.

En este caso, la solución es siempre una: el diálogo; la herramienta universal para resolver conflictos. Pueden llegar a un acuerdo hablando con sinceridad y poniendo cada unx un poco de sí. O, si nadie quiere/puede ceder y  ninguna alternativa es viable, bienvenidas sean las camas separadas(o habitaciones distintas, ¿por qué no?).

Dormir separadxs no es la solución a otros problemas

Queremos demostrar que no hay alternativas que estén bien o que estén mal, simplemente hay elecciones. Sin embargo, las bases para tomar decisiones de este estilo deberían ser siempre el consenso y la honestidad. 

descanso en pareja colchón en caja

Si con tu pareja están pasando un mal momento (como los hay en cualquier vínculo en la vida) y deciden dormir cada unx por su lado, ¡adelante!, pero no crean que las cosas se van a resolver sólo por eso. Asegúrense de entender qué quiere cada unx y qué espera alcanzar durmiendo separadxs, además de que todas las condiciones estén super claras.  

Sentido común por sobre todas las cosas

¿Es lindo dormir en pareja? Sí, pero si compartir la cama hace que duermas mal, que al otro día te despiertes liquidadx y de mal humor, y que encima te la agarres con la persona que causó tu desvelo, lo lindo se vuelve tortuoso. 

Por eso, la clave es que dormir en la misma cama sea una decisión de a dos (o tres o lxs que  sean), a consciencia y con pautas claras; nada de “es lo que hay que hacer” o “¿qué van a pensar si dormimos separadxs?”. Lo mismo vale para las camas separadas: diálogo y consenso. 

Al fin y al cabo, descansar bien es lo primordial.

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¿Cómo dormir afecta a tu memoria?

Descanso en almohada y colchon calm

Si ni siquiera te acordás de qué comiste ayer, no te preocupes, nos pasa a todxs. Pero de lo que queremos hablar hoy es de otra cosa: la importancia que tiene dormir bien para poder memorizar y recordar lo que aprendemos durante el día y las experiencias significativas que atravesamos. 

¿Cuántas veces nos quedamos hasta las 5 a.m. repasando para un final a la mañana siguiente? ¿Quién no pasó de largo para llegar a aprenderse ese resumen eterno de la materia más difícil y con más correlativas de la carrera?

Spoiler alert: dormir las horas necesarias tiene beneficios tremendos para nuestra memoria, y esas costumbres (¡oh sorpresa!) no nos ayudan.

Viaje al centro de tu cerebro

Varios estudios científicos … sí, los de esas universidades estadounidenses que siempre nos dan material suculento (como que una copa de vino por día ayuda al corazón, o que ver deporte por televisión es bueno para la salud). ¡Gracias por tanto, Universidad de Massachusetts! 

En fin, varios estudios científicos demuestran que dormir entre 7 y 9 horas (para adultos; para niñxs y adolescentes, entre 9 y 11 horas) nos permite concentrarnos más, retener mayor cantidad de información y poder fijarla correctamente en nuestro cerebro.

Descanso en almohada y colchon calm

Siendo más rigurosxs, hay varios tipos de memoria que trabajan en el mente cada día. Primero, está la memoria semántica o fáctica, en la que se graban los “datos duros” como la capital de Chaco (¡RESISTENCIA!) o que cortó la mamá de nuestro querido Ricky Fort y nos dio uno de los mejores memes argentos (LA LOOZ). 

La memoria procedimental nos recuerda cómo hacer x cosa (andar en bici, cocinar un omelette, etc.), y la memoria emocional implica emociones grabadas, como el miedo o el asombro.

Para que todas estas memorias funcionen correctamente, hay tres procesos que se tienen que dar. Primero, está la adquisición de nueva información o nuevas experiencias; después viene la capacidad de recordar eso que aprendiste o qué pasó en el día (que la memoria pueda acceder a ese recuerdo, como en un Blockbuster cuando ibas a agarrar el VHS del estante).

Por último, la consolidación. Esto sucede entre los dos procesos anteriores, cuando tu memoria guarda, etiqueta y archiva (de nuevo, como un videoclub) las cosas en tu cerebro.

Chica durmiendo tapada con soábanas

Dormir bien = aprender mejor

Todo bien.. pero, ¿qué tiene que ver el sueño con todo esto? Básicamente, si no dormís las horas suficientes, es más difícil que puedas adquirir nuevos saberes o experiencias, y ni hablar de recordarlas cuando lo necesites.

Sin embargo, la posta está acá: imaginate a tu memoria como quien está a cargo del videoclub (o de una biblioteca, lo que más te guste). Durante el día atiende gente y está a mil; recién a la noche, con el local cerrado y con tranquilidad, puede ponerse a acomodar todo y a categorizar las nuevas películas que entraron.

¿Ya vas entendiendo mejor? Es mientras dormimos que nuestro cerebro consolida lo vivido y aprendido durante el día, organizándolo y clasificándolo en nuestros estantes mentales.

El momento más productivo

Pasamos por varias fases al dormir: una de las más importantes es la REM (movimientos rápidos de los globos oculares), en donde la actividad cerebral es muy alta y durante la cual nuestro cerebro reproduce las experiencias que vivimos en el día (parte de la consolidacón).

estantes biblioteca

Según el profesor inglés Jakke Tamminen,  en otra etapa llamada de ondas lentas (SWS), nuestra mente categoriza y guarda recuerdos  para que queden grabados y organizados en nuestra “biblioteca” mental. También, en esta etapa se desechan los que no sirven (por eso podés no acordarte qué comiste ayer y no pasa nada).

Por todo esto, es importante dormir entre 7 y 9 horas: alcanzar el sueño profundo permite que nuestra memoria pueda completar sus tres procesos (adquisición, recuerdo, consolidación) de manera correcta y con el tiempo necesario. ¡A mimir se ha dicho!

PD: como verán, ese mito urbano de “dormir escuchando resúmenes te ayuda a memorizar” no tiene mucho sentido y es un engaño, así como tampoco vamos a despertarnos sabiendo inglés por escuchar el nuevo disco de Dua Lipa en repeat mientras soñamos (¡pucha!).

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Medidas de colchones: la guía comparativa

medidas de colchones

Hablemos de tamaño

Más allá de tus preferencias personales, hay varios factores a tener en cuenta antes de elegir el tamaño de un colchón: ¿Qué tan grande es tu dormitorio? ¿Compartís la cama con tu pareja o tus mascotas? ¿Preferís tener lugar para tus actividades del día a día o priorizás el espacio para dormir?

Te mostramos los seis tamaños de colchones más comunes para ayudarte a encontrar la medida del colchón perfecto para vos.

medidas de colchones

Dimensiones de los 6 tamaños mas usados

1 plaza
80 x 190 cm
1 y 1/2 plaza
100 x 190 cm
2 plazas
140 x 190 cm
Queen
160 x 200 cm
King
180 x 200 cm
Superking
200 x 200 cm

1 plaza: 80 x 190 cm

¿Qué decir del colchón más chiquito y práctico de todos? Su tamaño compacto lo hace ideal para niñxs y adultxs solterxs, o para  cualquier habitación en la que quieras hospedar a alguien.

¿Te estás mudando a un monoambiente y necesitás optimizar el espacio? La respuesta es una plaza. ¿Te armaste tu tan deseada oficina en otra habitación, pero igual querés recibir a tu amigx o familiar que viene a pasar el finde a tu ciudad? Una plaza es el tamaño ideal para vos.

Colchón Calm 1 plaza

Plaza y 1/2: 100 x 190cm

Cumple básicamente la misma función que el de una plaza y con beneficios similares. Pero tiene ese plus de 20 cm que hace que puedas estirarte un poco más, o que duermas más cómodx con tu mascota chiquita o mediana al lado. Claro que, si tenés un Gran danés, no estaría siendo el mejor tamaño…

2 plazas: 140 x 190 cm

Es como aprender a tomar vino, un pasaporte de entrada  a la vida adulta. Si te estás mudando solx por primera vez, o decidiste convivir con tu pareja, y querés algo más bien cómodo pero adaptable a un departamento de dos ambientes, el colchón de 2 plazas es la que va. 

De todas maneras, vale aclarar que no es la mejor opción para compartir con tus mascotas. Y tampoco si tenés  hijxs que vienen a dormir con vos en la madrugada porque Pepa Pig les dio pesadillas.

colchón calm en caja

Queen: 160 x 200 cm

El Queen es la reina indiscutida de los colchones, el hit que no  falla jamás. ¿Qué mejor que poder desparramarte y dar vueltas por toda la cama, sin dejar la mitad de tu cuerpo afuera o sin molestar a tu pareja?

Además es ideal para brunchear en tu cuarto un domingo viendo Netflix. Eso sí,  lo recomendamos para habitaciones de 9 metros cuadrados mínimo.

Colchón calm

King: 180 x 200 cm

20 cm más pueden hacer la diferencia. Si con el Queen tenías amplitud, con el King tenés total independencia de lechos. Nadie te molesta, no molestás a nadie. Negocio redondo.

Ideal si querés un colchón grande pero sin ocupar tanto espacio de tu habitación.

Super King: 200 x 200 cm

Ni el mismísimo Pitágoras pudo imaginarse un cuadrado tan perfecto: 2 metros de suavidad por 2 metros de lujo. Es la medida perfecta para que entres vos, tu pareja, tus mascotas, tus hijxs, gachi, pachi, y hasta la reina de Inglaterra.

Atenti, para tener un colchón king necesitas un buen dormitorio principal, preferentemente de al menos 12 metros cuadrados.