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¿Cine al aire libre? Sí, pero desde la cama

Imaginen un cine al aire libre en un entorno mágico. Así fue el evento que organizaron  Vicky Garabal y Sofí Polke en Darsena Bar y en esta nota te contamos cómo fue. 

Como saben, nos encanta encontrar nuevas formas de conectar con nuestra comunidad, por eso, recientemente nos sumamos a un planazo. Decidimos llevar la comodidad y el descanso a un lugar inesperado: cine al aire libre.

El domingo pasado participamos del evento “Hay plan”, organizado por Vicky y Sofi, las fundadoras de @_hayplan_.

¿De qué se trata este proyecto?, nada más claro que sus palabras: “nos dedicamos a armar los planes de tus sueños”.

Organizan planes distintos y originales, cambiando las locaciones y creando experiencias increíbles. En esta última ocasión tuvimos la suerte de sumarnos y ser parte de una de las cosas que más amamos hacer en la cama: mirar pelis.

Una noche de película

Fue una noche fresca de domingo en la que lo último que sentimos fue, justamente, frío.  ¿Por qué? Gracias a la calidez de nuestros edredones y la sensación de acurrucarse en un colchón suave y cómodo rodeadxs de amigxs y almohadas. Bueno y un poco por el vino, no lo vamos a negar.

Agradecemos a las organizadoras por pensar en nosotrxs para sumarnos a este plan increíble.

También a Darsena Bar por abrir sus puertas y permitirnos formar parte de esta experiencia cinematográfica única.

Si Hay Plan avisen que nosotrxs estamos🍿📽



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Dolor de cuello después de dormir: ¿cómo evitarlo?

Todos sabemos lo que es estar un día entero con el cuello duro, y no se lo desearíamos ni a nuestro peor enemigo. 

Si te ves en esta situación bastante seguido, puede que tu cuerpo te esté diciendo algo. Y es hora de escucharlo. Factores como la posición en la que dormimos, o la postura en la que pasamos la mayor parte del día, pueden ser la causa de ese dolor de cuello tan molesto y restrictivo. 

A veces, un simple estiramiento diario o un cambio de almohada pueden ayudarte a combatirlo. Por eso, en este artículo te vamos a contar las razones por las cuales puede aparecer el dolor de cuello y las mejores formas de evitarlo.

¿Por qué nos duele el cuello al levantarnos?

Si tenemos en cuenta la cantidad de horas que pasamos por día viendo pantallas, en general mal posicionadas, es casi un milagro que no nos duela el cuello.

Una de las principales causas de dolor o rigidez en esta parte del cuerpo es justamente la mala posición que tenemos durante el transcurso del día. Sin darnos cuenta, podemos estar forzando o tensionando músculos que a la larga pasan factura. 

Pero si hablamos de amanecer con dolor, deberíamos pensar en la raíz del problema: las horas de sueño previas a despertar. La postura en la que dormimos también juega un papel fundamental en este asunto, y puede definir si amanecemos relajados y descansados o, por el contrario, con dolor y molestias.

Por último, es probable que tanto tu almohada como tu colchón no te estén dando el soporte que necesitás durante la noche.

Nada peor para un buen descanso que una almohada vieja y hundida, o un colchón que ya no puede soportar el peso de tu cuerpo. 

¿Cómo evitar el dolor de cuello?
Ejercicios para fortalecer

Si sentís que tu postura durante el día no es la ideal, lo más recomendable es hacer ejercicios que fortalezcan sobre todo los músculos de la espalda y del cuello.

Ya sea que tomes clases de yoga durante la semana, o que realices alguna rutina de las que abundan en plataformas digitales (siempre que sean de fuentes confiables), tus músculos van a estar distendidos y relajados, evitando así la molesta rigidez de cuello y los dolores que trae aparejados.

Posiciones para dormir

En cuanto a las posturas para dormir, lo más recomendable es hacerlo de costado y boca arriba, siempre asegurándote de mantener la columna alineada con cuello y cabeza, formando una línea recta.

Quienes duermen boca abajo encuentran más difícil lograr esta postura, y en cambio suelen contorsionar el cuello más de lo deseable, tensando sus músculos durante varias horas. 

Lo importante es que las partes de nuestro cuerpo queden bien sostenidas por el colchón y la almohada, sin recibir demasiada presión y con los músculos más bien relajados. 

Tener el mejor equipo

Finalmente, es super importante elegir con criterio el colchón y la almohada en la que dormimos, teniendo en cuenta nuestras preferencias y la posición en la que descansamos mejor. Para evitar el dolor de cuello, el colchón no tiene que ser ni muy duro ni muy blando.

En Calm desarrollamos el colchón con el punto justo de firmeza, para que tu cuerpo tenga el soporte necesario y te sientas como en una nube.

Por su parte, la almohada debería tener la altura correcta para que tu cabeza no quede inclinada hacia abajo ni hacia arriba.

En este sentido, la firmeza también juega un papel central. Según tus preferencias y la altura que busques, podés ir por una alternativa más mullida, como la almohada de vellón, o por una viscoelástica, que sea un poco más firme y se adapte a tu cuello.

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¿Cuántas horas de sueño necesitamos?

Estás a punto de acostarte, agarrás el celular para poner la alarma y tu celular se encarga de decirte muy gentilmente que vas a dormir menos de 5 horas. Pensás cuántas horas son necesarias para alcanzar un descanso aceptable y seguir siendo funcional al día siguiente.

Para tomar buenas decisiones hay que tener información. Por eso, hoy te contamos cuántas horas de sueño necesitamos realmente para dormir bien y lograr un sueño profundo. De esta forma, vas a poder organizarte y dejar de negociar lo innegociable: tu descanso.

Horas ideales de sueño según tu edad

El criterio más difundido, estudiado y confiable para definir cuántas horas de sueño necesitamos es el rango de edad. El sueño de un bebé no puede compararse con la cantidad de horas que necesita un adulto para descansar apropiadamente. 

Empezando por los más grandes, un adulto sano necesita al menos siete horas de sueño por noche, sin sobrepasar las 10 horas. Y este parámetro aplica para toda persona mayor de 18 años. Por su parte, los niños pequeños (6 a 12 años) deberían dormir entre 9 y 12 horas, mientras que para adolescentes (12 a 18 años) el tiempo ideal de sueño es entre 8 y 10 horas.

Los bebés recién nacidos son quienes más duermen, con un rango que va de las 12 a las 16 horas por día, y los niños de 1 a 2 años no deberían descansar más de 14 ni menos de 12 horas.

Estas son cantidades estimadas basadas en diversos estudios científicos pero esto no quiere decir que cierta flexibilidad (durmiendo 1 hora más o 1 hora menos según el caso) no sea posible, siempre teniendo en cuenta las circunstancias de cada persona.

El tiempo no lo es todo

Para entender verdaderamente cuánto deberías dormir, tené en cuenta además tu estado de salud integral (¿tenés insomnio o alguna dolencia particular?), las actividades que ocupan tu día a día y tus patrones de sueño. Si hacés mucho ejercicio físico o tu trabajo es muy demandante, es posible que necesites dormir más horas que otras personas

Queremos dejar esto en claro: cantidad no siempre es sinónimo de calidad, por lo que siempre recomendamos cuidar la higiene del sueño. Intentá mantener horarios similares todos los días para acostarte y levantarte,y lo ideal es no ver pantallas 1 hora antes de dormir ni tomar cafeína o gaseosas.

Siguiendo estos consejos (en la medida de lo posible) seguramente puedas entender e incorporar la cantidad de horas apropiadas para tu mejor y más profundo descanso.

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Almohadas: La mejor según tu posición para dormir

Nadie duda de los increíbles beneficios que trae una buena noche de descanso: nos levantamos frescos como una lechuga, tenemos energía durante todo el día y lo atravesamos con buen humor. Y no termina ahí, porque dormir bien todas las noches tiene un gran impacto en nuestra salud, tanto física como emocional.

Pero alcanzar esas benditas 8 horas de sueño, como ya sabemos, no es tarea fácil. Muchísimos factores, tanto internos como externos, entran en juego y pueden ir en contra de un buen descanso. 

Hoy te vamos a contar, entonces, cuál es la almohada ideal para dormir como un bebé y ganar el primer premio al mejor descansado.

Elijan sus posiciones

El mundo se divide entre quienes duermen de costado y quienes duermen boca arriba. Aunque no hay que olvidar a quienes extrañamente prefieren dormir boca abajo, o quienes varían su posición cada noche.

La cuestión no es tan sencilla como parece: hay varias posiciones en las que los seres humanos dormimos, y por ende no podemos hablar de LA almohada ideal para todo el mundo. Por eso, organizamos las posiciones en tres grandes grupos.

Quienes duermen boca arriba

Si estás dentro de este grupo, estás un paso más cerca del descanso perfecto, ya que es la mejor posición según los expertos. Dado que el peso de tu cuerpo queda bien distribuido y ninguna parte recibe presión extra, los factores a tener en cuenta son relativamente pocos. 

Lo primordial es que tanto tu cabeza como tu cuello estén apoyados sobre la almohada, aunque no es necesario que los hombros lo estén.

Para esto, necesitás una almohada firme que se adapte a la forma de tu cuerpo (idealmente viscoelástica), y que tenga una altura media. Si es muy alta, tu columna ya no queda en línea recta con la cabeza y es más probable que tengas dolor de cuello al levantarte. Lo mismo sucede si la almohada es muy baja o está hundida por el uso.

Quienes duermen de costado

La alineación de la columna y el cuello se vuelve un poco más compleja en esta posición. Aunque se resuelve muy fácilmente: para que queden formando una recta, vas a necesitar una almohada un poco más alta y probablemente mullida. En caso de ser viscoelástica, asegurate de que tenga la altura necesaria para tu cuerpo.


En esta posición, tanto tus hombros como rodillas reciben un poco más de presión. La altura adecuada de la almohada ya resuelve la cuestión de los hombros.

Quienes duermen boca abajo

Siguiendo la lógica de las otras dos posiciones, parecería que para lograr una alineación perfecta entre cuello y espalda, durmiendo boca abajo no se necesitan almohadas. Pero no es necesariamente así. 

Para quienes duermen boca abajo, recomendamos almohadas que sean bajas y respirables. Lo ideal es colocar una almohada fina debajo de la cabeza y el hombro (que no esté en contacto con los hombros) y otra almohada debajo de la pelvis. Así, vas a evitar los dolores de ciático, de espaldas y de cuello. 

Hay almohadas para todos

Ahora ya sabés que tu almohada ideal va a depender de la posición en la que duermas. Factores como la altura, la firmeza, el material del que está hecha, e incluso la respirabilidad son claves a la hora de alcanzar el tan preciado descanso. Cuanto más cómodo te sientas con tu almohada, te va a resultar más fácil dormir y alcanzar el ciclo completo de sueño.

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¿Cómo dormir la siesta perfecta?

¿Cuando llega la tarde te agarra un cansancio indomable que te impide concentrarte en tus tareas? ¿Sentís que un café o un mate no alcanzan para darte ese plus de energía que necesitás para llegar entero al final del día? Entonces una siesta puede ser lo que necesitás. 

Hay estudios científicos que comprueban que dormir la siesta tiene varios beneficios para nuestra salud: puede prevenir cardiopatías, reducir la presión alta, favorece la concentración y estimula la creatividad. Sin ir más lejos, el 98,5% de los argentinos (encuestados por Calm) dijo dormir la siesta en algún momento de su vida cotidiana, aprovechando así las ventajas de una buena siesta.

Pero no todos la duermen de la misma forma, ni buscan lo mismo al tomar una siesta. En esta nota te contamos sobre los distintos tipos de siesta, sus características y sus beneficios.

¿Cuánto debe durar una siesta?

Como regla general, tiene que durar lo suficiente como para ayudarte a recargar energías y mejorar tu humor y tu concentración, pero sin extenderse hasta el punto del embotamiento y una sensación de cansancio y confusión (que todos conocemos). 

Hay varios tipos de siesta, pero vamos a concentrarnos en 2 específicamente:

PowerNaps

Su duración es de entre 20 y 30 minutos. Ayuda a reponer energía, mejora el rendimiento y aumenta la productividad. 

Un upgrade que podés implementar si ya tenés incorporado este tipo de siestas es el de tomar una taza de café antes de entregarte a este sueño breve pero efectivo.

La cafeína tarda en promedio 20 minutos en hacer efecto en nuestro cuerpo. De esta forma, cuando te despiertes vas a aprovechar los resultados de la siesta sumados al subidón de la cafeína: es un win, win.

Siesta de recuperación

Su duración promedio es de 90 minutos, y es de hecho la que practican la mayoría de los argentinos. Su función es reponer las horas de sueño que faltaron durante la noche anterior, o compensar las que van a hacer falta la noche siguiente.

Pros y contras de una siesta

Tomar una siesta tiene muchos beneficios para nuestro bienestar emocional y físico. Como ya te contamos, nos ayuda a desconectar, tomar distancia de situaciones estresantes, reponer energía y equilibrar nuestras emociones. Es un antídoto infalible contra la fatiga, y ayuda incluso a mejorar la memoria.

Pero no todo es color de rosas. A algunas personas, una siesta puede dejarlas confundidas, más cansadas que antes e irritables.

A su vez, este descanso vespertino puede afectar nuestra higiene del sueño, potenciando un insomnio ya presente o haciendo que se vuelva más difícil el lograr dormir durante la noche.

Para evitar el lado negativo que puede llegar a tener una siesta, y/o potenciar sus ventajas, recomendamos siempre poner una alarma antes de tomarla. De esta forma, ya sabemos de antemano cuánto va a durar y no corremos el riesgo de levantarnos a la 4 horas sin saber siquiera dónde estamos.

El horario en el que dormimos también puede ayudarnos a dominar la siesta: el horario ideal es temprano en la tarde, después del almuerzo cuando toda nuestra energía va destinada a la digestión y nos empieza a agarrar la famosa modorra. 

Y ya sea que duermas la clásica siesta de hora y media o estés incursionando en la famosa power nap, nada mejor que hacerlo en un colchón cómodo y de calidad, que te de el mejor soporte y que al mismo tiempo te envuelva como una nube.

 

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¿Por qué me duermo en todos lados? Consejos para evitarlo

¿Cuántas veces por semana te encontrás quedándote dormido en la oficina, rogando que se haga la hora de irte a tu casa?

Una vez cada tanto no es grave: una cena con amigos puede extenderse más de lo esperado, puede que te hayas quedado hasta la madrugada maratoneando esa serie que tanto te gusta.

El problema aparece cuando esto te pasa regularmente, afectando tu calidad de vida y tu desempeño en el trabajo. Ahí empiezan las llegadas tarde, la irritabilidad que puede acompañarte durante todo el día, la necesidad de café o mate cada 2 horas, entre tantas otras desventajas.

Para evitar todo esto y sentirte bien y a gusto en el trabajo, pudiendo disfrutar además de tu tiempo libre y de tu vida social o familiar (o la soledad, ¿por qué no?), te ayudamos con los siguientes consejos.

Empezá por lo más fácil o divertido

¿Quién llega al trabajo con las energías y la concentración al 100%?

Si sos de esos privilegiados, puede que este consejo no aplique. Pero en general, las primeras horas de trabajo son las más difíciles. Hacete el favor de arrancar con las tareas simples y que demanden menos esfuerzo, para darlo todo más adelante, en tu momento de mayor lucidez y energía.

Tomá agüita

No alcanza con un vaso de coca o con 1 litro de mate. Agua es agua, y hay que tomar alrededor de 2 litros por día para mantenernos hidratados durante el día. Consejo: llevate tu propia botella, idealmente de 700ml o 1 litro y tenela siempre llena.

Recargá las baterías

Cada cual tiene su método, pero te contamos distintas técnicas para darte un subidón de energía.

  • Podés mojarte la cara y el cuello con agua muy fría, salir a dar una vuelta a la manzana o cortar por 10 o 15 minutos.
  • Otros métodos alternativos pueden ser oler aromas vigorizantes (aceites esenciales o perfumes) como la menta, los cítricos, el jengibre o el eucalipto, o tomarte un ratito para charlar con algún compañero y despejar tu cabeza.
  • Un café o un mate van a ayudarte a estar más despierto y lúcido, pero no asegurate de no abusar de ellos y alternar su consumo con otros métodos. Y volviendo al primer consejo, tomá mucha agua: los estimulantes que contienen mateína o cafeína tienden a deshidratarnos.

Cuidá tu alimentación

Evitá los alimentos con alto contenido de azúcar, que pueden darte un “subidón” a corto plazo, pero a la larga terminan quitándote energía y dándote una sensación de agotamiento. En su lugar, podés comer frutos secos, frutas como banana o manzana, snacks saludables o galletitas integrales.

Dormí mejor

Ya te contamos qué hacer durante el día; ahora centrémonos en la previa: dormir entre 6 y 8 horas todos los días, en horarios similares, es el método que no falla.

Evitá usar el celular o ver televisión por lo menos una hora antes de dormirte, así como tampoco deberías tomar café o fumar por la noche.

Mejor tomate un té relajante, setea las luces para generar una iluminación tenue, lee un libro o escuchá música instrumental. De esa forma vas a preparar a tu cuerpo y a tu mente para el mejor descanso, y creenos, te lo van a agradecer y retribuir.




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Claves para el mantenimiento de tu almohada

Nada más lindo que apoyar tu cabeza en la almohada después de un día intenso, y sentirse sostenido y cuidado por tu compañera fiel de todas las noches. 

Encontrar la almohada correcta no es nada fácil, y si querés que te acompañe durante mucho tiempo sin que pierda sus propiedades, tenés que darle un buen mantenimiento. 

Los materiales con los que está hecha la almohada van a influir en la manera en la que deberías cuidarla, así como en su vida útil. Recordá entonces leer la etiqueta del fabricante y seguir las instrucciones que ahí figuran, tanto para el mantenimiento como para su limpieza.

Además, acá te contamos qué tener en cuenta según tu tipo de almohada. 

Almohadas de espuma

Estas almohadas no se pueden lavar en el lavarropas.

Las almohadas viscoelásticas o de otros tipos de espuma suelen ser antialérgicas, antiácaros y anti-bacterianas. Por ende, son de bajo mantenimiento y de fácil limpieza, con una funda extraíble que puede en general lavarse. Te recomendamos dejarlas sin funda en la sombra para que se aireen cada 6 meses. 

Su vida útil suele ser de 2 o 3 años, y para extender su vida útil podés darla vuelta cada un mes y así rotar el lado que usas. Son ideales para quienes sufren de dolor de cuello, problemas cervicales y de columna. 

En Calm tenemos 2 modelos:

La almohada inteligente, que viene perforada para permitir una mejor circulación del aire y evitar la transpiración.

Viene con funda desmontable para mayor protección y con la ventaja de que se puede limpiar. ¿Cómo lavar cualquier funda de este tipo? En seco de forma sectorizada donde presente una mancha, utilizando aerosoles de espuma, máquinas de tintorería o detergente/jabón neutro diluido en agua y un paño escurrido.

Para quienes quieren más versatilidad, diseñamos la almohada doble sensación: suave de un lado, firme del otro. Tiene la suavidad de una nube gracias a su relleno de espuma soft y la firmeza de la viscoelástica en un mismo producto, para que disfrutes de lo mejor de los dos mundos.

Almohadas de vellón

Las almohadas de vellón son ideales para quienes duermen de costado, por la cantidad de relleno que tienen y por su altura. 

Son antibacterianas y super respirables por el material con el que están hechas.

Además, pueden lavarse en seco a mano o en el lavarropas, con detergente líquido para ropa delicada y en programa para ropa delicada, con temperatura máxima de 30 °C. Tienden a durar entre 1 año y medio y 2 años. 

En caso de que tu almohada de vellón haya perdido algo su forma por el uso y su tiempo de vida, te recomendamos redistribuir el relleno dándole algunos golpecitos en los lados. 

En Calm ofrecemos 2 también dos modelos: la Alta almohada (modelo clásico efecto pluma) y la Almohada infinita, que viene con una almohada más pequeña adentro (removible) que te permite regular su altura y su firmeza. 

Ahora sólo te queda evaluar conscientemente el estado de tu almohada, y cambiarla cuando sea necesario. 




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¿Cómo adaptarse a un nuevo colchón?

Si tenés en cuenta la cantidad de tiempo que pasás en tu colchón, es normal que te encariñes un poco con él. 

El colchón puede ser uno de los lugares más reconfortantes y seguros que tenemos, sin mencionar que nos ayuda a descansar mejor y dormir profundamente.

Es entendible entonces que a veces nos cueste separarnos de él, y que estiremos tanto como podamos la despedida. Pero como dice la canción: “todo tiene un final, todo termina…”. Y nuestro amado colchón no es la excepción: en promedio, su vida útil es de entre 8 y 10 años, aunque la gran mayoría extienda ese período por un tiempo más.

Pasado el plazo contemplado por la vida útil, el colchón puede volverse un lugar quizás hostil, con ácaros y gérmenes acumulados por años, pozos que cada vez se vuelven más profundos, u olores indeseados.

Todo esto hace que terminemos acostumbrándonos a dormir en una superficie que no es la ideal para un buen descanso. Y creenos, el cambio puede mejorar tu vida sustancialmente.

Bienvenido nuevo colchón

Ya te decidiste a dejar atrás esa relación tóxica, pero lo nuevo a veces asusta. ¿Y si no me acostumbro? ¿Si es demasiado duro o muy blando? 

Obviamente no existe un colchón que se adapte a todos, pero la oferta actual es super variada y diversa, por lo que hay que saber dónde y cómo buscar, informándote y leyendo las experiencias de otras personas con los distintos colchones.

Si todavía dudas en cambiar tu colchón, acá podés ver nuestra nota sobre cómo saber cuándo es momento de hacerlo y a qué señales prestarle atención para confirmarlo.

Para poder tomar una decisión con confianza, tenés que dormir por lo menos 12 noches en tu nuevo colchón. En este período vas a poder ver el efecto real que este producto tiene en tu cuerpo y en tu descanso: van apareciendo los primeros indicios de mejora en caso de que sea apto para vos. O al contrario, quizás te despertás con dolores de lumbares o espalda y ya podés ir pensando en cambiarlo.

Tiempo de prueba

Por esta razón, nuestra principal recomendación es que compres en lugares que ofrezcan períodos de prueba de al menos 20 días, para que tengas el tiempo necesario para acostumbrarte a tu nuevo colchón. En Calm ofrecemos 30 noches de prueba, no sólo en el colchón sino en todos nuestros productos. Esto permite que evalúes mejor y con mayor seguridad a tu nuevo compañero de sueño.

Otro factor a tener en cuenta es el estado de tu ex colchón: si estaba muy hundido o deteriorado, seguramente tengas una sensación extraña al dormir en uno nuevo.

La mayoría de las personas van a sentir la mejora la primera noche, pero los cuerpos más exquisitos van a necesitar un poco más de tiempo para poder determinarlo.

¿Qué hacer en caso de no acostumbrarme a mi nuevo colchón?

Si al principio la relación no avanza como esperabas, y sentís que no dormís tan bien como creías que ibas a hacerlo, no tomes una decisión apresurada. Dale algo de tiempo, y seguí alguno de estos consejos:

* Cambiá de posición. Puede que te hayas acostumbrado a una posición determinada gracias a tu ex colchón, porque era la única en la que podías descansar realmente. Pero ahora que estás de estreno, podés probar alguna otra que mejor se adapte a tus necesidades.

*Acostate y despertate siempre a la misma hora. Esto va a ayudar a que regularices tu sueño y que factores externos no influyan en tu experiencia con el nuevo colchón.

Si pasadas 20 días aproximadamente el colchón no resulta como esperabas, y compraste en un lugar con período de prueba, lo más probable es que el colchón que elegiste no sea el indicado. En ese caso, podés devolverlo y seguir buscando alguno que encaje perfecto con tu cuerpo y tus gustos.

Por eso, lo principal es informarte, leer reseñas de quienes ya compraron y elegir locales con noches de prueba.  Además, asegurate de que el nuevo colchón tenga una buena garantía, para tener seguridad a largo plazo.

No está de más recordarlo: comprar un buen colchón es invertir en tu futuro, en tu salud y en tu calidad de vida. Después de todo, pasamos un tercio de nuestras vidas durmiendo, y tenemos que hacerlo bien. 



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¿Cada cuánto tiempo se cambia el colchón?

Si le preguntás a cualquier persona cuáles son los pilares fundamentales de una vida saludable, seguramente te responda: una buena alimentación, hacer actividad física y un buen descanso. Y, efectivamente, están en lo correcto. Dormir entre 6 y 8 horas todos los días es tan importante como comer bien y ejercitarse regularmente.

Si no descansamos lo suficiente, nuestro cuerpo no puede reponer la energía necesaria para encarar un nuevo día, y esto impacta directamente en nuestras emociones e incluso en nuestra memoria.

En esta nota, te vamos a contar todo lo que tenés que saber sobre tu colchón, cada cuánto cambiarlo y cómo detectar que ya no es apto para un sueño profundo.

¿Cuál es la vida útil de un colchón?

En términos generales, los colchones duran entre 6 y 8 años, mientras que los de buena calidad deberían mantener sus propiedades entre 8 y 10 años.

El material del colchón es el primer factor a tener en cuenta: los colchones de resortes de baja calidad y los colchones de espuma de densidad baja o media tienden a tener la vida útil más corta, ya que son propensos a ablandarse y a hundirse más rápido.

Los colchones híbridos, por otra parte, también tienen estas desventajas y por último, los colchones de látex y de espuma de alta densidad son los más duraderos, extendiéndose hasta los 10 años. 

Tip: si vas a comprar colchones de espuma de alta densidad, te recomendamos que sea de más de 25 kg por m3.

¿Cómo saber cuándo cambiar mi colchón?

Lo primero que deberías hacer es calcular el tiempo de vida que tiene: si dormís en él hace más de 8 años, te sugerimos inspeccionarlo con más atención.

Intentá analizar si está afectando negativamente tu sueño, si tiene pozos o hundimientos visibles, o si notás un aumento en tu alergia o asma (en caso de padecerlas).

Si tu respuesta es afirmativa a cualquiera de estas preguntas, no lo dudes: es hora de cambiar tu colchón.

Entonces, ¿lo vale?

Sabemos que comprar un nuevo colchón puede ser un gasto grande, pero tené en cuenta que es sin dudas una inversión.

Estás invirtiendo en tu salud, en tu descanso, en días con más energía, con menos (o idealmente ningún) dolor de cuello y espalda, incluso con menos alergias. Y si lo que te impide dormir bien es el movimiento de tu pareja durante la noche, podés decirle chau a eso también, dado que los colchones nuevos transfieren mucho menos movimiento de una parte a la otra.

Y si después de todo esto seguís teniendo tus dudas, te recomendamos leer las experiencias y opiniones de quienes cambiaron su viejo colchón por un Calm, para que veas cuánto puede cambiar tu vida con un nuevo colchón.




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Renovar la almohada, ¿Cuándo hay que hacerlo?

Dormir bien no implica solamente descansar entre 6 y 8 horas todas las noches. Ademas de un ambiente cómodo, silencioso, necesitamos contar con el equipamiento adecuado para descansar. Y sí, esto incluye mantener tu almohada en buen estado y reemplazarla cuando sea necesario, para aprovechar todas sus propiedades y tener un buen apoyo en los hombros y el cuello.

Un dato que en Calm tenemos como brújula es que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, y por ende hay que hacerlo bien. Dormir con almohadas de mala calidad, deterioradas o sucias puede provocar reacciones alérgicas, afecciones en la piel y dolor de cuello.

¿Cuándo es el momento adecuado para cambiar mi almohada?

Estrictamente hablando, se recomienda reemplazar las almohadas cada 1 o 2 años. De esta forma, te aseguras de estar usando almohadas que te den el soporte apropiado, que estén limpias, libres de ácaros y otros alérgenos. Como todo, es importante cuidarlas apropiadamente para sacarles todo el provecho y extender su vida útil.


Estos son los signos más evidentes para saber que ya es hora de cambiar esa almohada que tanto querés (o que tantos problemas te trae):

* Despertarse con el cuello duro
* No encontrar una buena posición para dormir cómodx
* Manchas amarillas excesivas, o un tono amarillento general
* Bultos o hundimientos en la almohada
* Olor intenso

Sabemos que cambiar las almohadas implica un esfuerzo y un presupuesto, pero recordá que le estás haciendo un favor a tu cuerpo y a tu salud. Una almohada vieja puede acumular ácaros, moho y caspa (de humanos y de mascotas) volviéndose una especie de experimento en el que apoyas tu cara todas las noches. Podrías estar durmiendo literalmente con el enemigo… Sobran los motivos para cambiar las almohadas cuando es necesario.

En Calm tenemos 4 modelos: la Alta almohada (modelo clásico efecto pluma), la Almohada infinita, que viene con una almohada más pequeña adentro (removible) que te permite regular su altura y su firmeza, la Almohada inteligente (con espuma viscoelastica) se adapta a tu cuello y te brinda el apoyo necesario para aliviar los músculos del cuello, hombros y cervicales especialmente. Por último, la Almohada doble sensación, dos almohadas en una que le dan a tu descanso el balance perfecto para lo que vos necesites.

Ahora sólo te queda evaluar conscientemente el estado de tu almohada, y cambiarla cuando sea necesario.