No hay nada peor que llegar a la oficina sin haber dormido bien y sentirte como si tuvieras la peor resaca del mundo.
Lo peor de todo es tu cabeza, que entra en modo «ahorro de energía» porque sólo te queda un 3% de batería mental y no tenés cargador. Muchas veces ni el café más potente puede ayudarte.
No queremos ser alarmistas, pero esto tiene consecuencias bastante, por no decir MUY, negativas en tu desempeño laboral. Una encuesta de la National Sleep Foundation (EEUU) demostró que el 29% de las personas encuestadas se durmieron o tuvieron mucho sueño durante la jornada laboral el mes anterior.
Más de una cuarta parte de las personas empleadas dijo que el cansancio interfiere con sus actividades diarias por lo menos 5 días al mes, y el 12% llegó tarde al trabajo por haberse quedado durmiendo, sin querer.

Con decir que la explosión de Chernobyl fue asociada a personal mal descansado es suficiente para entender la importancia de este tema. Cualquier tarea que implique decisiones riesgosas, o manipulación de herramientas delicadas, puede terminar en desastre si quienes están a cargo sufren de cansancio por no dormir lo suficiente.
En serio, las personas con trastorno del sueño tienen 50% más de probabilidades de tener accidentes laborales.
Según el doctor y especialista en sueño Daniel Vigo, estar sin dormir por más de 17 horas es equivalente a exceder el límite permitido de alcohol en sangre. En otras palabras, pasar tantas horas sin dormir es igual a tomarse 4 pintas de birra y seguir como si nada. Imaginate tener que operar a alguien en esas condiciones, o manejar 5 horas de noche en la ruta en ese estado.

A mimir se ha dicho
Entonces, ¿cómo podemos evitar estas situaciones? De la misma manera que con muchos de los problemas actuales en nuestra sociedad, la falta de sueño debería ser analizada desde varias perspectivas.
A nivel mundial y social, necesitamos que las empresas reconozcan que el personal con sueño es, en el peor de los casos, una fuerza peligrosa de trabajo.
En un panorama medianamente aceptable, significa tener personas empleadas que ofrecen un rendimiento bajo y menos productivo. Las Power naps (o siestas revitalizantes) durante la jornada laboral podrían ser una buena solución.
¿Qué podemos hacer a nivel individual? Poner más esfuerzo en generar hábitos saludables de sueño, y así disfrutar de los tantos beneficios de dormir bien, no sólo en nuestro trabajo, también en la vida en general.
Dormir a una hora determinada todos los días para asegurar un descanso promedio. Utilizar productos de buena calidad para nuestra cama es muy importante para asegurar noches de sueño revitalizantes. Como por ejemplo, sábanas suaves un buen edredón con el relleno justo y la textura ideal, un colchón que se adapte a tus necesidades, con o sin resortes, como a vos más te guste, y también por supuesto almohadas que sostengan tu cervical, y tu cabeza a la hora de dormir.

Starter pack para dormir...
Siguiendo estos consejos (todos los que puedas, obvio; acá no juzgamos) vas a poder dormir mejor, más profundo y, ¡al fin!, levantarte a la mañana con energía y de buen humor.
🟣Podés evitar cenar muy pesado antes de dormir. Esto incluye gaseosas, ese rogel que sobró de tu cumpleaños, y sí, lamentablemente incluye ese cafecito después de cenar.
🟣Invertí en un buen colchón que ayude a tu postura y a tu relajación.
🟣No te lleves el celular ni la computadora a la habitación. Dejalos en el living una hora antes de acostarte (con sonido, obvio, pero la idea es que no te expongas a pantallas mientras te preparás para dormir).
Ahora que ya sabés cómo dormir bien para trabajar mejor, cerrá la compu o dejá el celular, y si es de noche ¡andá a dormir! y si es de día, una siestita nunca viene mal…