Si le preguntás a cualquier persona cuáles son los pilares fundamentales de una vida saludable, seguramente te responda: una buena alimentación, hacer actividad física y un buen descanso. Y, efectivamente, están en lo correcto. Dormir entre 6 y 8 horas todos los días es tan importante como comer bien y ejercitarse regularmente.
Si no descansamos lo suficiente, nuestro cuerpo no puede reponer la energía necesaria para encarar un nuevo día, y esto impacta directamente en nuestras emociones e incluso en nuestra memoria.
En esta nota, te vamos a contar todo lo que tenés que saber sobre tu colchón, cada cuánto cambiarlo y cómo detectar que ya no es apto para un sueño profundo.
¿Cuál es la vida útil de un colchón?
En términos generales, los colchones duran entre 6 y 8 años, mientras que los de buena calidad deberían mantener sus propiedades entre 8 y 10 años.
El material del colchón es el primer factor a tener en cuenta: los colchones de resortes de baja calidad y los colchones de espuma de densidad baja o media tienden a tener la vida útil más corta, ya que son propensos a ablandarse y a hundirse más rápido.
Los colchones híbridos, por otra parte, también tienen estas desventajas y por último, los colchones de látex y de espuma de alta densidad son los más duraderos, extendiéndose hasta los 10 años.
Tip: si vas a comprar colchones de espuma de alta densidad, te recomendamos que sea de más de 25 kg por m3.
¿Cómo saber cuándo cambiar mi colchón?
Lo primero que deberías hacer es calcular el tiempo de vida que tiene: si dormís en él hace más de 8 años, te sugerimos inspeccionarlo con más atención.
Intentá analizar si está afectando negativamente tu sueño, si tiene pozos o hundimientos visibles, o si notás un aumento en tu alergia o asma (en caso de padecerlas).
Si tu respuesta es afirmativa a cualquiera de estas preguntas, no lo dudes: es hora de cambiar tu colchón.
Entonces, ¿lo vale?
Sabemos que comprar un nuevo colchón puede ser un gasto grande, pero tené en cuenta que es sin dudas una inversión.
Estás invirtiendo en tu salud, en tu descanso, en días con más energía, con menos (o idealmente ningún) dolor de cuello y espalda, incluso con menos alergias. Y si lo que te impide dormir bien es el movimiento de tu pareja durante la noche, podés decirle chau a eso también, dado que los colchones nuevos transfieren mucho menos movimiento de una parte a la otra.
Y si después de todo esto seguís teniendo tus dudas, te recomendamos leer las experiencias y opiniones de quienes cambiaron su viejo colchón por un Calm, para que veas cuánto puede cambiar tu vida con un nuevo colchón.