Un cuarto propio inició como una excusa para conocer hogares y entrevistar personas que nos inspiran. El nombre del proyecto surgió de la obra de Virginia Woolf la cual es un llamado a la independencia y libertad personal como motor para la creación.
A lo largo del proyecto y, a medida que fuimos metiéndonos en la intimidad de estos hogares, nos dimos cuenta de la importancia de tener un lugar que nos sea propio para poder soñar. Un espacio que dependa de cada persona y sea espejo de nuestra personalidad. En Calm creemos que tener la posibilidad de construir es un derecho igual de importante que el de descansar.
Esperamos que este proyecto inspire a cada persona que lo lea y que haga de mecanismo para que, de a poquito, puedan construir ese lugar que les pertenezca a ustedes y a nadie más.
En esta edición les presentamos a Mati de Caro.
Nacido y criado en el barrio de Flores, estudió administración de empresas en la UBA pero principalmente es una persona con el foco 100% puesto en la creatividad y la emprendeduría.
En 2016 creó, junto a sus tres socios, la primera sede de HUERTA Coworking donde es co-fundador y director creativo. Un espacio donde podes ir a trabajar y que te impacta ni bien entras, no solo por la estética, sino también por las obras que podes ver a lo largo de las paredes y la terraza que, sin importar la época del año, es un gran lugar para respirar. Hoy ya tienen 3 sedes funcionando, dos en Palermo y una en Microcentro.
Desde la curiosidad y su obsesión por Wes Anderson, empezó a incursionar en el mundo de la fotografía con un dron hasta formar una parte fundamental de su trabajo creativo. Actualmente forma parte del libro “Acidentally Wes Anderson” y sus imágenes han llegado a lugares tan hermosos como lejanos.
Mati es un amigo muy cercano de la marca y nos eligió, nada más ni nada menos, que para sus noches de descanso, abajo les dejamos lo que fue esta charla íntima con él.
Calm: Mati, primero que nada, ¿nos hacés una pequeña introducción sobre quién sos y de dónde venís?
MC: Soy oriundo del barrio de Flores, Buenos Aires, tengo 35 años y me considero una persona emprendedora en muchos sentidos, soy fundador de Huerta Coworking y de Zenda, una agencia de marketing digital y ahora estoy emprendiendo también en el mundo de la fotografía y lo audiovisual.
Calm: ¿Me contás un poco cómo surgió este proyecto fotográfico?.
MC: Desde chico siempre me gustó emprender y, en algún momento, consideraba que venía por el lado de los negocios, por eso estudié administración en la UBA. Después con el tiempo me fui dando cuenta de que lo que me gustaba era crear, no tanto emprender 100% en el mundo de los negocios. Así le empecé a encontrar el gustito a la fotografía, algo que podía crear muy rápido y constantemente; cada foto o idea, es un proyecto distinto, es entrar y salir de proyectos diferentes todo el tiempo. Hace muchos años me volví medio fanático y adicto a Wes Anderson, a sus películas y estética y empecé a seguir esta famosa cuenta de Instagram “Accidentally Wes Anderson”. Mi introducción a la fotografía fue un poco “me gustan esas fotos y quiero que suban una foto mía a esa cuenta”. Empecé a sacar fotos porque quería hacer una foto puntual al Hospital Naval. Por esa idea me compré un dron y fue al revés de la mayoría: seguramente el 90% de las personas que hacen fotografía con drones, primero tuvieron una cámara y después el dron, en mi caso fue al revés.
Calm: El hospital naval es hermoso, ideal para una peli de Wes Anderson.
MC: Si, veía esas ventanas y decía “quiero sacar una foto simétrica a este edificio” y, sin saber mucho de fotografía, de lentes, de opciones y encima con un parque adelante (no es que había un edificio que yo podía subirme) dije: la única forma que tengo de sacar la foto que quiero es con un dron.
Calm: ¿Eso en qué año fue?
MC: Eso fue en el 2019. Fue medio flashero porque empecé con esa idea y de un día para el otro dije: necesito un dron. Unos chicos que laburan en el cowork me dijeron que había un pibe que se había traído uno de Estados Unidos, no lo usaba y lo estaba vendiendo. Fui, le pregunté cuánto salía y al día siguiente llevé la plata y me lo dió. Siempre digo que son esas decisiones que te cambian la vida y, yendo al efecto mariposa, estoy seguro, porque me conozco y si ese día ese chico no tenía el dron y tardaba una semana en tomar la decisión, por ahí no compraba nada y no empezaba a sacar fotos.
Calm: Esa cuenta, “Accidentally Wes Anderson” se volvió muy conocida a nivel mundial. ¿De donde es? Vi que en abril de este año hicieron una exposición en Japón, qué loco ver cómo fotos de personas de todo el mundo llegan a un lugar tan lejano.
MC: Son una pareja, Wally y Amanda, de Nueva York. Sí, para mí es una locura, hicieron muestras en Nueva York, en Tokyo. Ahora están pensando otra y me escriben para pedirme permiso para usar fotos mías en esas muestras. Me ha pasado que justo algún argentino o argentina anda por ahí y me dice “Mati, mirá esto, te encontré acá” y es un flash. Creció un montón, hoy tienen un libro y ya tienen el aval de Wes Anderson. Por ejemplo, ahora salió un rompecabezas y también tengo unas postales, cada vez que sacan un producto seleccionan fotos y le piden el aval a él. Para mí, que Wes Anderson haya visto algo mío, es una locura.
Calm: ¿Cómo surgió Huerta?
MC: Con los socios de Huerta y de Zenda(que somos los mismos) nos conocimos laburando en una agencia de marketing digital. En un momento, con esto de crear y emprender, empecé a dar clases de marketing digital con una amiga en un co-work, y una vez lo mandé para dar un curso a uno de mis actuales socios y flasheó con el concepto. Esto fue en 2016, no era tan conocido el coworking en esa época. Así que de ahí surgió la idea de renunciar a la agencia en la que estábamos, abrir la nuestra y armar Huerta.
Calm: ¿Cómo influyen en tu creatividad la ciudad, las personas y los espacios?
MC: Me pasa de ir caminando, incluso con gente, y estar en otra mirando para arriba, lo que es un problema porque a veces piso cualquier cosa. A mí siempre me gustó tratar de ser lo más original posible, tratar de hacer una foto que nadie haya hecho, entonces en una época me la pasaba mirando edificios y anotando, tenía mi listita con las ubicaciones. Después volvía y le sacaba una foto con el dron. Es esto de la observación todo el tiempo, con las personas lo mismo. Por ejemplo, el sábado que estuve en la noche de los museos, le saqué una foto a unas chicas que estaban hablando en el patio del Colegio Nacional, me parecía espectacular la foto y no les dije nada, no las quería interrumpir. Me pasa mucho de estar mirando y de la nada pensar “esto es una foto” y por suerte con el celu hoy en día es posible. Hace tres o cuatro meses me pasó algo muy loco. Estaba caminando, yendo a Huerta, y me crucé con diez perros atados a un poste, se ve que justo la paseadora se había ido a buscar a alguno en un edificio y los dejó atados. Los tenía a todos adelante perfectos y dije “es un fotón”. Agarré el celu, hice un sonido para llamarlos, todos me miraron al mismo tiempo, y saqué la foto. Se viralizó en Twitter y me empezaron a escribir los dueños de los perros, contándome cómo se llamaban, qué hacían y me mandaban más fotos de los perros. Hasta la paseadora me escribió. Es eso, estar muy atento a lo que está pasando y caminar y observar observar y observar.
Calm: ¿Qué necesitás para tener un espacio que te haga feliz?
MC: Que sea mío y me ponga de buen humor. Tengo un gusto particular, seguramente hay gente que ve mi living o mi cuarto y no le gusta nada, pero yo necesito que me transmita mi sentido del humor, mi estética, que me haga sentir cómodo.
Calm: ¿Con huerta también te pasa eso?
MC: 100%. La indicación que le dimos a Facu, el arquitecto, cuando alquilamos el primer Huerta grande fue: “quiero que la gente cruce esta puerta y diga wow, quiero trabajar acá”. Y pasa, cuando entrás a Huerta Dorrego la primera vez, es hermoso. Y me gusta que pase acá en mi casa también, que la gente entre y diga “qué lindo”.
Calm: Bueno, de hecho, vi una foto de tu living en twitter y de ahí surgió escribirte para ver si te copabas. En este proyecto a nosotras lo que más nos importa es que los hogares representen a las personas que lo habiten y creo que en este caso es 100% así.
MC: Sí, tal cual. De hecho mi living actual, y todo lo que tengo ahora, hace dos o tres años no existía y eso habla un poco de la transformación que voy teniendo. En el último departamento donde viví, no había nada de lo que tengo ahora, era otro momento de mi vida, todavía no sacaba fotos y no le daba tanta bola a ese lado artístico. Lo primero que sumé a todo lo que tengo ahora son estos dos sillones que encontramos en la calle con mi novia. Las vimos y no podíamos no llevarlas. Incluso estuvimos en contacto con la señora que los dejó en la calle, nos dijo que le encantaba que lo tuviéramos nosotros porque habían estado muchos años en su familia. Después, un domingo fuimos al Mercado de Pulgas y volvimos con una alfombra nueva. Cuando la pusimos junto a los sillones, me di cuenta de que todo lo otro no tenía nada que ver, así que decidimos cambiar el resto. Lo único que no está a todo es la mesa porque era del departamento anterior. Y los “Nico de Caro”(los cuadros del hermano).
Calm: ¿Cuáles son los objetos a los que más afecto les tenés?.
MC: Uno es el libro de “Accidentally Wes Anderson”. Aparecer en el libro, para mi, fue un montonazo. Y más con la foto(del hospital naval) que fue un poco de casualidad. Después la alfombra, por esto que te comentaba, es la que disparó todo porque el cambio del espacio salió de ahí. También me vuelve loco el reloj que está en la cocina y obviamente los cuadros de mi hermano porque son lo único que tengo en blanco y negro y me gusta como corta el espacio.
Calm: Son una familia muy creativa, ¿no?.
MC: Sí, mi mamá se quiere llevar todo el crédito de eso, dice que lo heredamos de ella. No hace nada creativo específicamente, pero su casa es muy linda y de chica siempre le gustó dibujar, pintar, hacer manualidades. Nos pasa también que entre mis hermanos nos inspiramos entre los tres, ver lo que está haciendo el otro te motiva a hacer más cosas.
Calm: ¿Qué rol tiene tu habitación en tu vida?. Este proyecto se llama “Un cuarto propio», que es el nombre de un ensayo de Virginia Woolf donde habla de tener un lugar que te pertenezca para poder crear y ser independiente. ¿Qué significa para vos tener un cuarto propio?.
MC: Me encanta estar en mi casa, en mi cuarto. Soy de esas personas que le gusta tanto hacer planes y estar con gente como también estar en mi casa. Cuando necesito concentrarme a editar, bajar ideas o trabajar, mi escritorio es el lugar donde me enfoco al 100%. Es mi espacio definitivo, ahí me concentro y me inspiro, me gusta estar ahí. Me gusta mi cuarto, pero siento que todavía le falta terminar de desarrollarse. Más allá de eso me encanta estar acostado, lo aprovecho un montón.
Calm: ¿Qué rituales tenés para vos en tu casa?
MC: Un ritual es tirarme en el sillón, a veces no hace frío, pero igual me pongo una mantita porque sé que hace que los dos gatos vengan y me gusta estar tirado, que se me acalambren las piernas porque se me suben los gatos y no me puedo mover. Me encanta ese momento con ellos. Y después, sobre todo en este último tiempo, me gusta mucho el sahumerio. Por ejemplo, en los momentos que necesito estar concentrado, apago las luces más fuertes, dejo una lámpara con luz cálida y prendo un sahumerio. Esa es mi forma de “bajar” y ponerme a hacer lo que tenga que hacer.
Calm: Me parece muy interesante tu elección de muebles reciclados, ¿tiene que ver con la historia detrás de esos objetos?. Por ejemplo, qué habrá sido su ex dueño, a que se dedicaba, etc. ¿Solés pensar en eso?.
MC: Sí, por ejemplo, el mueble de la tele lo compré en un lugar que se llama Segunda Oportunidad. Es perfecto el nombre. Seguramente muchos de estos muebles alguien los vendió o los regaló y uno le está dando una segunda oportunidad. A mí me gusta recorrer el Mercado de Pulgas e ir viendo lo que me identifica y que, seguramente, antes representó otra persona. También me parece loco esto de que a medida que el tiempo avanza, volvemos unos años atrás. Hoy hay objetos que son vintage y hace diez años no lo eran. También haber podido interactuar con ex dueña de nuestras sillas fue increíble y de casualidad.
Calm: ¿Cómo fue esa anécdota?.
MC: Fue así: habíamos ido a tomar un cafecito por Colegiales y mientras caminábamos las vimos y dije “me las quiero llevar”. Le dije a mi novia que se quede mientras iba a buscar el auto y en ese momento salió la señora y nos dijo que le encantaba que las llevemos nosotros. Nos comentó que habían estado acompañando a su familia durante muchísimos años, fue espectacular. En la parte de atrás están todos rasgados porque tenía gatos, y nos dijo que por ahí había que hacerles un cambio de tapizado pero a mí me gustaba este tapizado así que como de adelante estaban bien, los dejé así. Incluso después le mostramos a la señora una foto para que viera cómo quedaban en nuestro living. También le agradecimos porque más allá de que no nos lo dio específicamente a nosotros, le quiso dar una segunda oportunidad; no las tiró, las dejó ahí para que alguien se las lleve.
Calm: Me encanta esto de pensar el hogar como una composición porque me parece que esa es la parte donde nos apropiamos más del espacio. Por ejemplo, las sillas son muy lindas pero, más allá de eso, me imagino que vos habrás pensado que iban a quedar bien en tu living en particular.
MC: Sí, tal cual, lo pienso 100% como una composición y cada vez voy sumando cosas. Por ejemplo, el tocadiscos lo compré hace dos semanas porque pensaba que iba a quedar muy bien con el resto de los objetos y muebles del living. Encontré un lugar que es muy loco, en frente del mercado de pulgas, de una señora que está sentada en la puerta y tiene muchas cosas. Hace un par de fines de semana paseando me di cuenta de que se podía entrar, el lugar debe tener 50 metros de fondo y está todo lleno de antigüedades. Compré dos raquetas antiguas de tenis, un maletín y el tocadiscos. Así empecé a encontrar cositas que van en armonía y forman parte de la misma composición.
Calm: Vamos a pasar al universo de los sueños, ¿te acordás que fue lo último que soñaste?.
MC: Me pasó algo muy loco. Tengo Alexa y todas las noches le pido que configure la alarma a tal hora. Hace un par de semanas cambié el sonido y hoy me terminé de dar cuenta de que me está haciendo despertar mal porque mi cabeza todavía no la incorporó y se mezcla con mis sueños. Soñé con la noche de los museos, estaba en la calle, había mucha gente y en el medio empezó a sonar una canción que me hacía ir y venir, interactuaba mucho con ese sonido. Y después me di cuenta que era la alarma.
Calm: ¿Hay algo que necesites para dormir?.
MC: Tengo mi ritual de sueño, tiene que ver con los gatos porque básicamente me hace disfrutarlos más: tapones de oído y antifaz. A las seis de la mañana activan y me di cuenta de que con tapones de oído y antifaz pueden tirar cosas, hacer quilombo y yo sigo durmiendo. La mayoría de las noches me acuesto y miro Friends (hace diez o quince años que lo hago todas las noches), un capítulo me dura tres noches porque me duermo. Soy bastante ansioso, tengo la cabeza a full todo el día, por eso poner Friends me ayuda a desconectar. Cuando me entra el sueño profundo, apago, me pongo el antifaz y los tapones y ya está, con esto ahora estoy durmiendo de corrido ocho o nueve horas, antes no lo lograba.
Calm: ¿Sos de acordarte de lo que soñás?.
MC: Generalmente sí, suelo acordarme bastante, hasta a veces con detalles.
Calm: ¿Suelen ser realistas o más abstractos?.
MC: En general son bastante realistas. Creo que es más que nada mi inconsciente bajando cosas. Me ha pasado de soñar con ideas y despertarme. En el cajón siempre tengo un cuaderno y una lapicera por las dudas.
Calm: Bueno, ahora hablemos un poco sobre Calm. ¿Nos conocías?, ¿qué es lo que más te gusta de la marca?.
MC: Si, tengo muy cerca la marca por muchos motivos, por las personas que trabajan en Calm y porque tengo los dos locales a 8 cuadras, uno de cada lado. Creo que debe ser de las marcas de Argentina con más identidad, se acentúa teniendo en cuenta que en la industria del descanso la mayoría son parecidas. Además el producto está buenísimo. Me interpela que sea todo amarillo, también, porque me volví fanático de ese color en los últimos años. Hacen un montón de cosas distintas, que una marca de colchones organice un evento y toquen bandas en el local, no existe. Hicieron canchera una marca de colchones y eso para mí está buenísimo. O que estemos haciendo esto ahora es un montón, me encanta.
Calm: Sí, opino lo mismo. Es diferente al resto de las marcas y, sobre todo, cálida.
MC: El contacto con la marca es cero genérico, te está hablando a vos. Además, el proceso de compra, es perfecto, la UX del sitio es único. Y también, por lo menos en el mercado argentino, revolucionaron haciendo que un colchón te pueda llegar en un día. Hoy ya todos sacaron su colchón en caja, pero el primero que lo hizo fue Calm y eso ya es un montón.
Calm: Sí, la experiencia de nuestros clientes es realmente lo más importante y en lo que ponemos foco siempre. Tenemos un lema en Calm que cuando nos damos cuenta de que algún proceso no es simple, no nos pertenece y buscamos otra manera de hacerlo que realmente nos identifique. No quiero que se entienda que el producto es una excusa porque no lo es y es súper importante pero, principalmente, lo que queríamos crear era una experiencia de compra que deje a nuestros clientes con la boca abierta, donde te traten bien, te ayuden y acompañen, que sea simple.
MC: Sí, tal cual. Yo soy muy consumidor de cafecitos. Y vos podés tener el cafecito o restaurante más instagrameable del mundo, pero si después te llega el producto y no está bueno, no sirvió de nada todo lo anterior. Me parece que la excusa es el producto, pero después te llega el colchón y está buenísimo. Entonces, todo lo que pasó en el medio, la interacción con el local, el servicio, la experiencia, el envío, todo eso queda respaldado cuando abrís la caja y te acostás.
Calm: Para terminar, ¿cuál es tu sueño o cuáles son tus proyectos de acá en adelante?
MC: Me gusta ponerme metas altas y que todos los pasos del medio me lleven a cumplirlo. Hoy estoy yendo un poco más hacia lo audiovisual, me gustaría hacer un corto o algo un poco más extenso que un reel y que cuente una historia. A veces cuando saco una foto digo, ¿qué más puedo hacer?. El reel que estoy haciendo para ustedes es el primer video en el que cuento una historia, y me encantó hacerlo. Quiero hacer más. Así que mi proyecto más grande en un futuro creo que va a ser un corto, algo un poco más extenso.
Calm: ¿Y sabés qué historia te gustaría contar?.
MC: Todavía no lo tengo pensado pero sí me gustaría armar un equipo porque técnicamente no soy el mejor. Si quiero hacer algo como un corto, me gustaría hacerlo con gente que realmente sepa o haya estudiado algo relacionado a la filmación y montaje. Y además me di cuenta de que me gusta dirigir. Todavía no tengo definida la historia, pero sí tengo un montón de ideas más chiquitas para hacer.
Calm: Que linda charla Mati, en serio, mil gracias.
MC: A ustedes, a vos. Gracias por el espacio.