Si tenés en cuenta la cantidad de tiempo que pasás en tu colchón, es normal que te encariñes un poco con él.
El colchón puede ser uno de los lugares más reconfortantes y seguros que tenemos, sin mencionar que nos ayuda a descansar mejor y dormir profundamente.
Es entendible entonces que a veces nos cueste separarnos de él, y que estiremos tanto como podamos la despedida. Pero como dice la canción: “todo tiene un final, todo termina…”. Y nuestro amado colchón no es la excepción: en promedio, su vida útil es de entre 8 y 10 años, aunque la gran mayoría extienda ese período por un tiempo más.
Pasado el plazo contemplado por la vida útil, el colchón puede volverse un lugar quizás hostil, con ácaros y gérmenes acumulados por años, pozos que cada vez se vuelven más profundos, u olores indeseados.
Todo esto hace que terminemos acostumbrándonos a dormir en una superficie que no es la ideal para un buen descanso. Y creenos, el cambio puede mejorar tu vida sustancialmente.
Bienvenido nuevo colchón
Ya te decidiste a dejar atrás esa relación tóxica, pero lo nuevo a veces asusta. ¿Y si no me acostumbro? ¿Si es demasiado duro o muy blando?
Obviamente no existe un colchón que se adapte a todos, pero la oferta actual es super variada y diversa, por lo que hay que saber dónde y cómo buscar, informándote y leyendo las experiencias de otras personas con los distintos colchones.
Si todavía dudas en cambiar tu colchón, acá podés ver nuestra nota sobre cómo saber cuándo es momento de hacerlo y a qué señales prestarle atención para confirmarlo.
Para poder tomar una decisión con confianza, tenés que dormir por lo menos 12 noches en tu nuevo colchón. En este período vas a poder ver el efecto real que este producto tiene en tu cuerpo y en tu descanso: van apareciendo los primeros indicios de mejora en caso de que sea apto para vos. O al contrario, quizás te despertás con dolores de lumbares o espalda y ya podés ir pensando en cambiarlo.
Tiempo de prueba
Por esta razón, nuestra principal recomendación es que compres en lugares que ofrezcan períodos de prueba de al menos 20 días, para que tengas el tiempo necesario para acostumbrarte a tu nuevo colchón. En Calm ofrecemos 30 noches de prueba, no sólo en el colchón sino en todos nuestros productos. Esto permite que evalúes mejor y con mayor seguridad a tu nuevo compañero de sueño.
Otro factor a tener en cuenta es el estado de tu ex colchón: si estaba muy hundido o deteriorado, seguramente tengas una sensación extraña al dormir en uno nuevo.
La mayoría de las personas van a sentir la mejora la primera noche, pero los cuerpos más exquisitos van a necesitar un poco más de tiempo para poder determinarlo.
¿Qué hacer en caso de no acostumbrarme a mi nuevo colchón?
Si al principio la relación no avanza como esperabas, y sentís que no dormís tan bien como creías que ibas a hacerlo, no tomes una decisión apresurada. Dale algo de tiempo, y seguí alguno de estos consejos:
* Cambiá de posición. Puede que te hayas acostumbrado a una posición determinada gracias a tu ex colchón, porque era la única en la que podías descansar realmente. Pero ahora que estás de estreno, podés probar alguna otra que mejor se adapte a tus necesidades.
*Acostate y despertate siempre a la misma hora. Esto va a ayudar a que regularices tu sueño y que factores externos no influyan en tu experiencia con el nuevo colchón.
Si pasadas 20 días aproximadamente el colchón no resulta como esperabas, y compraste en un lugar con período de prueba, lo más probable es que el colchón que elegiste no sea el indicado. En ese caso, podés devolverlo y seguir buscando alguno que encaje perfecto con tu cuerpo y tus gustos.
Por eso, lo principal es informarte, leer reseñas de quienes ya compraron y elegir locales con noches de prueba. Además, asegurate de que el nuevo colchón tenga una buena garantía, para tener seguridad a largo plazo.
No está de más recordarlo: comprar un buen colchón es invertir en tu futuro, en tu salud y en tu calidad de vida. Después de todo, pasamos un tercio de nuestras vidas durmiendo, y tenemos que hacerlo bien.